viernes. 29.03.2024
Banda de música en la procesión de la Vera Cruz
Banda de música en la procesión de la Vera Cruz

Sentido homenaje a una parte imprescindible de nuestra Semana Santa, aquí en Zamora, en Sevilla o en cualquier rincón de nuestro mapa nacional, donde las procesiones han vuelto a salir a las calles. Junto a los cofrades, los pasos, las talles y la vuelta a la "nueva normalidad" también hay otros protagonistas: las bandas de música. 

Si bien en nuestra ciudad reciben por lo general un excepcional trato, siempre surgen voces discordantes que ponen "en tela de juicio" la viabilidad de estas formaciones que desfilan tras los pasos al son de Mater Mea, la Cruz, Thalberg o cualquier otra marcha fúnebre del amplio repertorio que maneja cada formación y sobre el que comienzan a trabajar con la llegada del Nuevo Año. 

Tirando de ironía, un usuario de la página "Somos Zamora - Ayudemos a Zamora y a los zamoranos" ha elogiado la labor de estas agrupaciones musicales -tanto las locales como las foráneas- que cargan a sus espaldas innumerables horas procesionando, con escasos descansos y soportando el sol, el viento e incluso la lluvia. Porque como bien dice, "¿qué sería de la Semana Santa sin las bandas?"

"QUÉ BANDA TAN CARA...

Hay que ver qué cara sale una banda...

Empecemos a hacer cuentas...dicen que van a estar tocando 5, 7...9 horas o las que esté el paso en la calle. ¿Y por esas horas cobran tanto?

No, "killo", no. No tocan esas horas. Para tocar esas horas, y así de bien, para que nuestras cuadrillas se puedan lucir, llevan ya tocando cientos y cientos de horas durante todo el año. Algunos pagándose una carrera musical para que un palio pueda dar una buena revirá o un misterio dar sus tres izquierdos. Desafiando al duro frío del invierno. Cuando yo estoy en mi casa calentito, cenando con mi familia, esos músicos están ensayando con sus instrumentos, horas y horas, para que al llegar esta semana todo salga bien. Y también, como yo, tienen mil cosas que hacer.

En Semana Santa, después de tantas horas de recorrido dando el 100%, mientras yo me voy a mi casa a comer, ellos tienen (en el 90% de los casos, por no decir en el 100%) un rico menú semanal de un bocata y una lata de refresco.

Cuando llueve ellos soportan el duro chaparrón igual que todos, y siguen ahí en formación cumpliendo su contrato.

Hay que proteger a las imágenes y los pasos, hay que proteger el cuerpo de nazarenos y el patrimonio artístico, y... ¿y...? ¿Y los músicos? ¡Hay que proteger a los músicos!

Que luego se van para casa, no sé cuánto tiempo en su autobús, muchos de ellos muy jóvenes, con su ropa empapada, con el frío en sus cuerpos, con la preocupación de que se seque el uniforme pronto para poder tocar mañana.

Cuando termina la Semana Santa, ellos son los que más kilómetros han hecho. Han cargado todo el tiempo con el peso de sus instrumentos, y también les duelen los pies, la espalda, los labios, las muñecas...

Ellos son grandes protagonistas en nuestra Semana mayor y merecen el mayor de los respetos y admiración.

Así, que querido amigo, todo esto entra en el precio.

La próxima vez que te parezca cara una banda piensa en ello, y si hacemos un recuento verás que sale más barato de lo pensado.

¿Qué sería de la Semana Santa sin las bandas? Con lo caras que están..."

El homenaje a las bandas de música: "¿Qué sería de la Semana Santa sin ellas?"