El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, ha compartido en su perfil de Facebook una reflexión sobre la evolución de la relación entre el Ayuntamiento y la Semana Santa durante los años de gobierno de Izquierda Unida. Bajo el título "Semana Santa menos política, por suerte", el regidor ha reivindicado las políticas propuestas por su equipo en favor de la principal celebración cultural y religiosa de la ciudad, al tiempo que ha defendido una mayor separación institucional con respecto a los actos religiosos.
Guarido ha recordado que, pese a los prejuicios iniciales que despertó la llegada de IU a la Alcaldía, “muchos pensaron que íbamos a quemar los pasos", la realidad fue bien distinta. “Nunca recibió más protección y ayudas desde el Ayuntamiento”, asegura el alcalde, quien recuerda el enfoque de la Semana Santa como un fenómeno “económico y cultural” de primer orden. En este sentido, ha subrayado que durante su mandato comenzó la construcción del nuevo Museo de Semana Santa, en su actual ubicación, frente a otras propuestas que planteaban levantarlo en la Plaza de San Martín.
El alcalde también ha puesto en valor el giro institucional hacia una actitud más laica respecto a los actos procesionales, marcando distancias simbólicas pero firmes. Así, ha recordado la decisión de no participar en la tradicional plegaria ante el Cristo de las Injurias ni de acompañar como autoridad tras los pasos, una postura que, según Guarido, ha terminado por calar en otras formaciones políticas. “Un alcalde no debe arrodillarse jamás ante una imagen religiosa”, ha afirmado.
Por último, Guarido ha dejado claro que lo personal, lo tradicional y lo religioso “queda en manos de cada uno”, diferenciando lo que considera el plano público del privado. Una visión que busca conjugar el respeto por las creencias y tradiciones con una gestión institucional neutral y centrada en el interés general.