La Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte clausuraba esta tarde noche de viernes el triduo en honor de su imagen titular en la iglesia de San Vicente, donde un año más se han dado cita centenares de zamoranos para rezar ante una de las tallas de mayor devoción en la ciudad, una iglesia abarrotada daba buena cuenta de ello.
El solemne triduo se cerraba esta noche con la intervención del Coro de la Hermandad, que ha cantado diversas obras de Enrique Satué durante la misa y que ha culminado el acto con la interpretación del "Jerusalém, Jerusalém" de Miguel Manzano con parte de las luces del templo apagadas en un final de la eucaristía en la que se nombraba a los hermanos cofrades que este año será los mayordomos. Una misa final en la que se recordaba a los hermanos difuntos de la Hermandad que este año han sido acogidos en el seno del Cristo de la Buena Muerte.
Ya no habrá más interpretaciones del Jerusalém, salvo en los ensayo del Coro de la Hermandad, y hasta que el lunes Santo vuelva a sonar en la salida del Cristo de la Buena Muerte y en la Plaza de Santa Lucía esta bella obra del compositor zamorano que estremece a los que la escuchan y no deja indiferente a nadie.
Hasta entonces al menos queda esta grabación en vídeo de este último día del Solemne Triduo en honor al Cristo de la Buena Muerte.