La Semana Santa en Zamora es una celebración profundamente arraigada en la tradición y el fervor religioso, destacando por sus procesiones llenas de solemnidad y emotividad. Según la revista 'Hola' en Zamora, hay tres procesiones y un momento que ponen la piel de gallina al público.
El Miércoles Santo, los corazones de los zamoranos y visitantes se llenan de asombro ante la majestuosidad de la procesión del Silencio y el desfile de las Capas Pardas. En esta última, que sale de Olivares, los cofrades de esta hermandad visten las tradicionales capas y portan faroles, creando una estampa única y solemne. Al compás los sones de las matracas y los bombardinos, se convierte en una de las procesiones "más espectaculares y extrañas de las que se conocen".

También la noche del Jueves Santo, la Plaza de Viriato se convierte en el escenario de un momento de profunda emoción y recogimiento: el canto del Miserere ante el Cristo Yacente. Este acto conmueve los corazones de los presentes mientras resuenan las notas de esta antigua pieza musical. La atmósfera se impregna de espiritualidad y reflexión, invitando a la contemplación del misterio de la Pasión de Cristo de una manera única y conmovedora.

Otro de los momentos más impactantes de la Semana Santa de Zamora es la procesión del Nazareno, que tiene lugar durante la noche del Jueves al Viernes Santo. Acompañado por la emotiva marcha de 'Thalberg', el Cristo Nazareno recorre las calles en un desfile cargado de simbolismo y fervor religioso. Esta procesión deja una profunda huella en quienes tienen el privilegio de presenciarla, siendo un momento de encuentro con la fe y la devoción que caracteriza a esta celebración religiosa.

Una Pasión que ofrece una experiencia única, marcada por momentos de profunda espiritualidad y belleza, que la convierten en una de las celebraciones más destacadas del calendario religioso y cultural de España.