El 2024 es un año de celebración para la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte que cumple su cincuentenario de vida. Fue un 12 de diciembre de 1974 cuando el entonces obispo de la Diócesis de Astorga, Antonio Briva, rubricó el documento que avalaba la constitución de la que hoy en día es una de las procesiones clave de la Pasión zamorana.
La hermandad que se inspiró en los cuadros de Zurbarán y en los murales del Monasterio de la Rábida para dar forma a un hábito de cogulla, faja de arpillera, crucifijo al cuello y tea avanza ahora en los preparativos de la programación para una efeméride de largo recorrido. Y es que el aniversario se prolonga hasta el año siguiente, coincidiendo con el medio siglo desde que la Buena Muerte desfiló por primera vez por las calles de Zamora con su Cristo cargado al hombro y mano en un ángulo de 30 grados en un Lunes Santo de 1975.
A falta de desvelar los detalles de un año único para sus aproximadamente 350 hermanos, la Buena Muerte ya ha desvelado el anagrama conmemorativo de un 2024 que quedará para el recuerdo. Se trata de un diseño de estudio Estudio Piorno que servirá de base para todos los actos que se desarrollen a lo largo de este año.