Once meses de trabajo que ven la luz en el templo de San Andrés. A la espera de una previsión meteorológica nada halagüeña, el paso procesional de la Virgen Dolorosa aguarda para hacer su puesta de largo por las calles de Zamora. A un paso más ligero, los 28 cargadores rebajarán considerablemente este año el esfuerzo gracias a la nueva mesa que ampara la renovada estructura de aluminio.
Una obra que aligera 650 kilos de peso -algo más de 23 por cargador- y que ha obligado a apostar por otra creación en madera de nogal que ha recaído en las manos del zamorano José Ángel Domínguez Ramos. Un diseño castellano que mezcla ornamentación clásica y vegetal y que ha mantenido casi en secreto hasta el último momento para desvelar los detalles que revelan toda una obra de arte y un homenaje a las figuras de nuestra Semana Santa.
Es el caso de los chaflanes, rematados con cuatro ángeles custodios que homenajean a tres personas que han fallecido durante el tiempo que se ha extendido el proyecto. Sus nombras grabados incorporan su recuerdo ya eterno al patrimonio y espíritu de la Cofradía de la Santa Vera Cruz. Un cuarto querubín completa la composición, en este caso dedicada a ensalzar la figura de Trini Roncero, alma del desaparecido Museo de Semana Santa y Barandales de Honor 2024 y que ha sido incorporada a esta mesa por deseo expreso de la Junta Directiva.
Unos detalles símbolo del trabajo en equipo como único secreto para continuar manteniendo a esta Pasión al Olimpo internacional.
