La Cofradía de la Resurrección abre la Pascua y cierra una Semana Santa vivida intensamente
Cristo ha vencido a la muerte y ha resucitado. Lo anunciaba esta mañana en pie, victorioso sobre el sepulcro. A las nueve de la mañana los cohetes anunciaban en la iglesia de La Horta la salida de la Cofradía de la Resurrección, con dos cortejos procesionales –uno para Jesús Resucitado y otro para la Virgen del Encuentro- que terminan confluyendo en la Plaza Mayor, en cuyo centro tuvo lugar la ceremonia del encuentro y las reverencias entre Cristo y su Madre.
Subía el Resucitado por la Cuesta del Pizarro anunciado por la flauta y el tamboril, abriendo la Pascua, proclamando la vida, acompañado por la Banda de Música de Zamora, que interpretaba ya marchas de gloria que da sentido a toda la Pasión porque el Hijo de Dios se erige victorioso sobre la muerte.
Flores en las varas plateadas de los cofrades conformaban un cortejo colorido, como si la primavera se pusiese a los pies del Cristo Resucitado, donde fluye la vida. En la Plaza Fray Diego de Deza tuvo lugar el tradicional descanso con el refrigerio en la casa del pintor Antonio Pedrero, donde los cofrades desayunan churros con aguardiente y donde se bailan las primeras jotas del tiempo de la Pascua en el que se suceden romerías por toda la geografía de la provincia.
También en la plaza y sus aledaños algunos cofrades instalaron sus propias mesas para desayunar en familia antes de atravesar el arco de San Ildefonso y continuar el camino hacia la Plaza Mayor, después de que la imagen titular de la Cofradía, con manto de realeza de terciopelo rojo y oro, realizase la reverencia a las monjas Marinas, así como a las Clarisas del Tránsito y a la iglesia de La Magdalena, en recuerdo de la congregación de monjas que durante tantos años habitó el convento, que salían emocionadas a recibir el saludo del Esposo.
Por su parte, la Virgen, aún de luto, subió por la Cuesta del Piñedo para recorrar las calles del centro y efectuar una parada en la calle Santiago, desde donde se encaminó por Santa Clara hacia la Plaza Mayor. Acompañada por la Banda del Maestro Nacor, Zamora escuchaba los últimos acordes fúnebres de una Semana Santa a punto de culminar.
Ya en la Plaza Mayor, las imágenes –acompañas por representaciones de todas las cofradías y de la Junta pro Semana Santa- se encontraron y cayó el manto negro de la Virgen para dar paso al azul de la alegría, de la vida. En el cielo resonaban las salvas y disparos de escopeta mientras los cofrades alzaban sus varas para celebrar el encuentro entre la Madre y el Hijo, el milagro de la Resurrección.
Las comitivas unidas ya en una sola procesión descendieron por la Cuesta de Balborraz para llegar a la iglesia de la Horta, sede de la Cofradía, donde los cofrades alzaron de nuevo sus varas para despedir con los acordes del himno nacional a Cristo y su Madre, cerrando una Semana Santa de sol y primavera, aunque en su tramo final haya registrado un acusado descenso de las temperaturas y la amenaza de la lluvia.
Ahora sí, ya todo estaba cumplido. El "dos y pingada" esperaba sobre los manteles. Y ahí, en las puertas de Santa María de La Horta, comenzaba la cuenta atrás para la Semana Santa de 2015.
Galería de imágenes del Domingo de Resurrección.