viernes. 29.03.2024

Estos días en Sanabria, decenas de personas recorren concienzudamente fincas, huertos, montes y praderas en busca de las codiciadas setas, que nacen a capricho y sin sujeción a ningún reglamento. Es un recurso económico adicional que le viene muy bien a las rentas más limitadas, que son la mayoría de las que se obtienen en la Comarca.

La asociación Sanabria Plural y Sostenible aprovecha la temporada micológica para decir que la valla que rodeará la planta fotovoltaica de Cobreros, para el caso de que se materialice el proyecto, tendrá una longitud de 30 kilómetros sobre una superficie cercana a las 200 hectáreas de terrenos Reserva de la Biosfera Meseta Ibérica.

Esta monumental valla de alambre, espinos y cámaras de videovigilancia por todas partes impedirá a los vecinos recoger las setas que ahora apañan en completa libertad, cortando de raíz estos aprovechamientos además de los ganaderos.

Asimismo, la asociación quiere salir al paso de determinadas declaraciones públicas de los promotores de las placas, para desmentir que por la supuesta afluencia hayan tenido que ampliar el horario de atención a los vecinos en un hostal de la zona.

Nada más lejos de la realidad: los vecinos de los pueblos mostraron durante los meses previos de verano su total oposición a las placas, así como su negativa a ceder las propiedades, tanto las propias como las pertenecientes al común de los vecinos. Y así se lo demostraron en las reuniones que mantuvieron en los pueblos.

De la misma manera la fantástica creación de muchos puestos de trabajo, que solo los enredadores se creen, choca con la historia de nuestra comarca y del paradigma de la central hidroeléctrica de Ribadelago: la manejan únicamente dos trabajadores. Por eso les decimos que dejen de mentir a la gente y coloquen las placas en la Albufera de Valencia.

Treinta kilómetros de alambradas impedirán la recogida de setas cuando lleguen las...