El rostro de Santa Teresa de Jesús ha sido recreado con gran precisión gracias a la ciencia forense y a las fuentes históricas. Este trabajo fue posible después de la apertura de su sepulcro en 2024, lo que permitió a los expertos estudiar sus restos humanos. La reconstrucción muestra a la Santa a los 50 años, durante una de las etapas más significativas de su vida, cuando comenzó su labor reformadora.
La escultura destaca por la minuciosidad con la que se han representado sus rasgos faciales. Sus pómulos marcados, su mirada profunda y los tres lunares que adornaban su rostro han sido fielmente plasmados, basándose en los relatos históricos y los estudios forenses. La imagen final refleja tanto su humanidad como su fortaleza interior.
El proceso de reconstrucción se llevó a cabo mediante el uso de tecnología avanzada como radiografías y análisis antropométricos. Los detalles de su rostro se estimaron a partir de una combinación de técnicas forenses que permitieron reconstruir sus facciones con una gran exactitud. La escultura ofrece una representación visual que conecta el pasado con la ciencia actual.
Este proyecto, respaldado por la Orden del Carmelo Descalzo, busca ofrecer una visión integral de Santa Teresa, no solo en su aspecto físico, sino también en el contexto histórico y espiritual que marcó su legado. Con esta obra, se invita a redescubrir la figura de la Santa y el impacto que sigue teniendo en el mundo contemporáneo.
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