El toresano que teje la banda sonora para Las Edades del Hombre

El compositor David Rivas lleva ocho años y seis ediciones dando forma al colchón musical que envuelve a la espiritualidad de las exposiciones de la que es la muestra de arte sacro más importante de la región

Ahora con 'Hospitalitas', su relación se retrotrae a la edición del 2016 en la Colegiata y la iglesia del Santo Sepulcro de Toro

David Rivas en los carteles de una de las ediciones de Las Edades del Hombre. Fotografía: CEDIDA
photo_camera David Rivas en los carteles de una de las ediciones de Las Edades del Hombre. Fotografía: CEDIDA

La Banda Sonora de las Edades del Hombre tiene sello zamorano. El compositor David Rivas lleva ocho años y seis ediciones dando forma al colchón musical que envuelve a la espiritualidad de las exposiciones de la que es la muestra de arte sacro más importante de la región. 

Una relación que comenzó a tejer sus primeros lazos en la muestra del año 2016, cuando la exposición llegó a su ciudad natal de Toro para extender todo su esplendor entre la Colegiata y la iglesia del Santo Sepulcro. Fue allí donde la Fundación Edades del Hombre buscaba algo más que las palabras y las imágenes para acompañar las magníficas obras de arte expuestas. Buscaban una música que pudiera capturar la esencia espiritual de las piezas y enriquecer la experiencia de los visitantes.

Fue entonces cuando contactaron con Rivas, quien aceptó el desafío de crear una pieza única para el concierto inaugural y la música de la exposición 'Aqva' misma entonces acompañado por el también zamorano, el barítono Luis Santana. 

Desde aquel primer encargo, Rivas ha continuado colaborando estrechamente con Las Edades del Hombre, convirtiéndose en el 'compositor de cabecera' de las siguientes ediciones, a excepción de la de Aguilar de Campoo. Su habilidad para fusionar melodías evocadoras con los temas centrales de cada exposición ha sido fundamental. Desde Cuéllar y Lerma pasando por Carrión, de los Condes, Sahagún y Burgos, y más allá de Castilla y León en la edición internacional "Tránsitus", Rivas ha demostrado una sensibilidad única para capturar la esencia de cada lugar y época a través de su música a lo largo de, ni más ni menos que seis ediciones.

Su trabajo se extiende a la actual edición, repartida entre Villafranca del Bierzo (León) y Santiago de Compostela, siendo esta la primera cuyas sedes se reparten dentro y fuera de Castilla y León. Bajo el título de "Hospitalitas", este ha sido su año más ambicioso haciendo frente a un reto que pasaba por la composición de tres horas de música en total.

Distribuidos "por episodios, sus composiciones reflejan un arduo proceso de documentación que se traduce en una reminiscencia al Camino de Santiago de la época de los trovadores y juglares con una música muy etérea. La hospitalidad guía su música tratada de una forma más espiritual para Villafranca del Bierzo frente a las notas que evocan el ámbito más terrenal una vez la muestra avanza ya en territorio gallego. Todo ello apostando por instrumentos más celestiales y reverberados que se ponen al servicio del discurso. 

"Soy de esos pocos privilegiados saben antes que nadie qué obras de arte se van a encontrar en las diferentes sedes antes de tiempo y puedo asegurar que es espectacular y que merece la pena este año". Obras de Juan de Juni, Gregorio Fernández, Luisa Roldán, El Greco, Luis Salvador Carmona, Venancio Blanco o Vela Zanetti que este toresano pudo disfrutar a distancia antes de que la XXVII muestra abierta sus puertas al público entre los meses de junio y noviembre. 

Unas composiciones en las que se busca la continua relación artística y espiritual, siempre bajo la premisa de que la música acompañe y no distraiga: "Tiene que ser una suma, no un ente que vaya totalmente paralelo". Un trabajo gratificante que en cada edición se ve recompensado con una nueva dosis de confianza por parte de la Fundación y que ya encara con la vista puesta en el próximo año, donde Rivas podría volver a repetir de nuevo en su casa ocho años después. 

Para Rivas, componer para Las Edades del Hombre va más allá de simplemente escribir música; es una oportunidad para conectar con la historia y la espiritualidad de cada lugar, anticipando y complementando las obras de arte que pronto serán admiradas por miles de visitantes. Un proceso de inmersión profunda, donde cada nota y melodía se convierten en un reflejo sonoro de la belleza y la historia que las piezas artísticas traen consigo.

David Rivas en los carteles de una de las ediciones de Las Edades del Hombre. Fotografía: CEDIDA
David Rivas en los carteles de una de las ediciones de Las Edades del Hombre. Fotografía: CEDIDA

Comentarios