viernes. 29.03.2024
Una de las viviendas ya vendidas en Tardobispo
Una de las viviendas ya vendidas en Tardobispo

En un momento en el que la pandemia ha mostrado las ventajas de los pueblos frente a las grandes urbes, el número de ventas y alquileres de casas rurales está en pleno auge. Supone además una oportunidad perfecta para aquellos municipios que “mueren” poco a poco, aquejados una envejecida población y que se suma a una escasa y en muchos casos nula natalidad. 

En este contexto -recién salidos de un confinamiento que a más de uno le ha hecho replantearse sus prioridades- surge una de las iniciativas de la Asociación de Vecinos de Tardobispo, inmersa desde hace más de dos años en la dinamización de un pueblo que en muchos aspectos se siente “olvidado”. 

El municipio, con un centenar de habitantes y situado a apenas 10 km de la capital zamorana, ha logrado reunir en su pagina web -en el apartado “Vivir aquí”- una gran parte de las viviendas deshabitadas para ponerlas en venta formando una especie de “portal inmobiliario rural” en una apuesta por atraer a las generaciones más jóvenes. 

Tardobispo

El proyecto ha sido todo un éxito. Si bien algunas de las viviendas también aparecen colgadas en otras páginas a nivel profesional, la Asociación ha registrado la venta de seis de sus casas en apenas diez meses, la última el pasado abril y subiendo. Toda una proeza, más si tenemos en cuenta que dos de ellas serán ocupadas como primera residencia por dos familias con niños. Tardobispo, que hasta el momento contaba con un único bebé, da un salto de gigante y quintuplica el numero de menores de 10 años residentes en este pequeño municipio dependiente del Ayuntamiento de El Perdigón.

“Intentamos moverlo al máximo porque entendemos que la repoblación es lo más importante”, señala Estefanía, secretaria de la Asociación. 

Sabe bien de lo que habla. A sus 35 años, el amor le llevó a hacer las maletas y cambiar Morales por Tardobispo, el lugar de origen de su pareja. Todo se queda en la Tierra del Vino, pero Estefanía no se arrepiente de esa decisión que tomó hace ya más de tres años. Repobladora orgullosa, Estefanía enarbola a la perfección el sentir de un pueblo que quiere volver a llenarse de bullicio y recuperar la energía de la que gozó antaño. 

Zona de juegos. Foto: Asociación de Vecinos de Tardobispo
Sus vecinos consideran que la cercanía, unido a su pequeño tamaño son los mejores valores de un municipio que conserva el “encanto rural” y una forma de vivir conectado con la naturaleza. Todo ello a un paso de la ciudad con la que presenta una buena conexión por carretera. 

Aunque actualmente no hay viviendas en alquiler -la mayor parte de los propietarios optan por la venta como una forma de “deshacerse” rápidamente de ellas-, desde la Asociación animan a los vecinos con casas disponibles a explorar esa posibilidad, dado que el atractivo es mayor que el de aventurarse a la compra directa. 

Zona del merendero. Foto: Asociación de Vecinos de Tardobispo

Estefanía reconoce que es un pueblo al que le faltan algunos servicios. Sin una tienda fija, ni bar abierto a diario, ni farmacia, las esperanzas las depositan en la llegada de la mejora de la conexión a internet -que incluye a la zona de Tardobispo- y que supondría un impulso definitivo para valorar la compra o alquiler por parte de aquellos con posibilidad de teletrabajar. 

Frente a esa ausencia de ciertos servicios esenciales, la vivienda resulta más accesible y económica. Los precios varían desde los 30.000 a los 120.000 euros en función de su estado, situación y características, unas ofertas de lo más atractivo. De hecho, la página incluye en su apartado “Vivir aquí” la opción de compra de solares y parcelas -tanto urbanas como rústicas- así como una bodega para aficionados a la viticultura. Tardobispo busca así recuperar el fulgor de tiempos pasados, una vuelta a los orígenes con una apuesta de futuro. 

Cartel Tardobispo

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