"Nuestra historia es sencilla. Salimos de nuestro país por una situación difícil". Pocas palabras para definir el drama de una huida a contratiempo, en el que los minutos se tornaban horas cuando dejas atrás tu ciudad, tu hogar, tu vida para poner rumbo a quién sabe dónde contar de salvar a los tuyos. La historia de Oleg Milyukov es la de cientos, miles de refugiados, cada uno con sus propias vivencias, terribles en la mayoría de los casos, pero únicas. Historias que, como la de la familia Milyukov han encontrado su refugio en Zamora, una ciudad a la que han querido agradecer su acogida y que le ha vuelto a sorprender con una nueva muestra de generosidad.
"Somos de Ucrania, España nos ayudó mucho con mi mujer y mis cuatro hijos. Cuando hay vivienda, comida, documentos... entiendo que tengo que hacer algo por una ciudad tan bonita como Zamora". Con este sencillo mensaje Oleg y su mujer se ofrecieron para ayudar en lo que fuera necesario poniendo a disposición de la ciudad sus conocimientos, de azulejero en un caso y de enfermera en el otro caso.
Lo que menos iba a pensar es que un simple mensaje de agradecimiento en las redes sociales -en concreto a través del grupo Somos Zamora- se convertiría en una oleada de bienvenidas, buenos deseos, y lo que es más importante, de ofertas de trabajo concretas. Ni más ni menos que más de un centenar de comentarios que ha recibido la publicación que Oleg publicó hace tan sólo un día y que ha sido compartida en más de 180 muros de grupos y usuarios particulares.
Sus por el momento limitados conocimientos de español poco parecen importar a los zamoranos que ya se han lanzado a ofrecer varias ofertas de trabajo tanto a Oleg como a su mujer. "Me sorprende que tras una simple publicación en Facebook, los zamoranos mostrasen su apoyo y amabilidad".
Las heridas aún duelen para una familia que no cuenta su drama particular, que lo vive y seguramente lo sueñe noche tras noche, pero que ha depositado sus esperanzas en una ciudad que les ha devuelto todo el cariño y que a cambio suma cinco residentes más. Una tierra tan necesitada de población, pero tan rica en valores.
