Zamora, una de las provincias más afectadas por la despoblación en España, continúa enfrentándose a una tendencia que parece imparable. En las últimas décadas, ha visto una disminución alarmante de su población, con una caída cercana al 13% en la última década y una pérdida del 0,9% solo en 2022. Actualmente, la provincia cuenta con poco más de 166.000 habitantes, muy lejos de los más de 200.000 que tenía a finales del siglo XX.
Las razones detrás de esta sangría demográfica son múltiples, pero la más evidente es el éxodo de jóvenes hacia otras regiones en busca de mejores oportunidades laborales y académicas. A esto se suma el envejecimiento progresivo de la población, lo que crea un círculo vicioso: menos población joven, menos nacimientos y un mayor número de fallecimientos. En 2024, por cada nacimiento en Zamora se registraron más de tres muertes.
A pesar de estos datos preocupantes, hay destellos de esperanza. La provincia ha experimentado en los primeros meses de 2024 el mayor número de nacimientos en los últimos cuatro años, aunque este aumento es insuficiente para revertir la tendencia. Además, la comunidad extranjera en Zamora, que representa el 3,79% de la población, podría jugar un papel clave en el rejuvenecimiento y revitalización de la región.
Paralelamente, las iniciativas locales y regionales para frenar la despoblación han comenzado a ganar protagonismo, desde incentivos para la repoblación rural hasta programas de desarrollo económico. Sin embargo, los expertos coinciden en que sin cambios estructurales profundos, como la creación de empleo y la mejora de servicios públicos en las áreas rurales, la despoblación seguirá siendo una herida abierta en Zamora.