Esta tradición centenaria comenzó su celebración en la víspera del día del Ángel, el 28 de febrero. Los niños se reúnen con la Corporación Municipal para llevar las banderas desde la Plaza Mayor hasta la parroquia.
Un recorrido que posteriormente retoman hasta la plaza del pueblo, donde se realiza el tradicional reparto de piñones, que antiguamente se daban solo a los niños, pero en la actualidad como hay tan pocos se reparten a todos.
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