Los vecinos de Sarracín de Aliste llevan casi dos años esperando que comiencen las obras de reforma de la Iglesia de San Miguel. La cubierta está en peligro de derrumbe por una viga en mal estado y el pueblo ha tenido que buscar alternativas para las celebraciones religiosas.
Como los trabajos de reforma no llegaban nunca, de la mano del alcalde de Riofrío de Aliste, del que es anejo Sarracín de Aliste, Germán Matellán Fernández, los feligreses convirtieron el salón social de titularidad municipal en el templo al que acudir a misa los domingos.
Matellán Fernández lamenta "la demora" con la que el Obispado de Zamora "se está tomando el asunto" desde que la iglesia se cerrará al culto en abril de 2019.
De hecho, el regidor municipal explica que el pueblo compró la llamada huerta del cura para construir sobre ella la Plaza Mayor de la localidad, un solar por el que pagó 53.000 euros al Obispado zamorano, que se comprometió, según el alcalde, a destinar ese dinero al arreglo de un templo que sufrió un incendio a finales de los años 50 y tuvo que ser reconstruido.
El trato no se cumplió entonces, pero ahora, y tras 24 meses de espera, parece que los trabajos de reconstrucción de una iglesia que cumple apenas 62 años pueden comenzar en breve, si la climatología lo permite.
A principios de este mes, la Diputación y el Obispado de Zamora firmaron un convenio para la restauración del templo, al que destinarán 160.000 euros. Germán Matellán espera que la rúbrica se traduzca en el inicio de las obras en breve, aunque "hasta el momento" nadie le ha informado sobre las fechas.
Eso sí, asegura que el salón social está "adecuado para que los feligreses estén a gusto" y es "lo suficientemente grande" para acoger a los vecinos que acuden a misa cada domingo a pesar de las restricciones sanitarias y de seguridad que ha impuesto la pandemia.