Los quintos de Vadillo de la Guareña toman las riendas de su fiesta con caballos, charanga y una celebración hasta el amanecer

Cada año, la historia se repite. Y, sin embargo, para cada quinta, este acto se convierte en un recuerdo único que los acompañará siempre
Vadillo de la Guareña, quintos 2006
photo_camera Vadillo de la Guareña, quintos 2006

No eran ni las 13.00 horas cuando el murmullo de la gente ya llenaba las calles de Vadillo de la Guareña. No era una fiesta patronal ni una celebración multitudinaria con visitantes de fuera, pero precisamente en eso radica su esencia: la Fiesta de los Quintos es un encuentro de los de casa, una tradición que cada generación mantiene con orgullo y que este sábado tuvo como protagonistas a los nacidos en 2006.

Como marca la costumbre, el día comenzó con la Santa Misa en honor a los quintos. En un pequeño pueblo como Vadillo, donde todos se conocen, la iglesia no solo acogió a los jóvenes homenajeados, sino a familiares, amigos y vecinos que, año tras año, acuden a revivir una celebración que simboliza el paso a la vida adulta.

Al finalizar la misa, llegó uno de los momentos más importantes. Ataviados con la vestimenta tradicional y montados a caballo, los quintos salieron del templo y pasaron frente al sacerdote, quien bendijo tanto a los jinetes como a sus monturas. Era el preludio de la carrera que, como dicta la tradición, debía recorrer el camino desde la ermita hasta el "caseto del negro".

Con el galope resonando en la tierra y el aliento de los espectadores animando desde los márgenes, la comitiva completó el recorrido y regresó hacia el puente, donde la charanga ya esperaba para marcar el ritmo del primer baile. Los instrumentos dieron paso a una 'fiesta' que se prolongó durante toda la tarde con otra de las costumbres más arraigadas: "correr el bollo".

Casa por casa, los quintos fueron recorriendo los hogares de cada uno de sus compañeros. En cada parada, la hospitalidad se traducía en mesas repletas de pinchos, embutidos, pasteles y, por supuesto, buen vino de la zona. Allí se compartían risas, recuerdos y brindis en honor a los protagonistas de la jornada, entre ellos Sara Delgado, Nicolás Rodríguez, Sara y Rodrigo Martín, Ana Caballero, Sofía Martín y Aizane Garitano.

Pero la fiesta no termina ahí. Con la medianoche, la celebración se trasladará al salón del ayuntamiento, donde la música del DJ Perinda cerrará un día que, más allá del jolgorio, representa el arraigo de Vadillo de la Guareña a sus tradiciones.

Cada año, la historia se repite. Y, sin embargo, para cada quinta, este acto se convierte en un recuerdo único que los acompañará siempre.

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