La medida ha sido recibida por la mayoría del pueblo como un alivio.
“Fin de la pesadilla”, sentencian vecinos y cargos políticos de todas las formaciones. Ramos había protagonizado en los últimos meses numerosas controversias: desde amenazas e intentos de agresión a compañeros de corporación hasta comportamientos impropios en actos públicos, como el protagonizado durante la visita institucional del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, al municipio.
El alcalde, David Lagarejos (PP), será ahora quien dirija el consistorio, como hacía hasta ahora pero eso si en minoría, aunque ya ha recibido apoyos para seguir trabajando en un gobierno de consenso y responsabilidad. La decisión de apartar a Ramos se ha tomado tras constatar que su presencia en el equipo de gobierno era ya “insostenible”. El propio partido de Ramos, VOX, según relatan fuentes municipales, baraja incluso su expulsión formal tras un historial de enfrentamientos, desobediencia a la disciplina de partido y votaciones contrarias a los propios acuerdos pactados.
Durante la legislatura, el edil ha acumulado una larga lista de conductas polémicas. Ha votado en contra de propuestas que él mismo había apoyado previamente, ha entorpecido acuerdos para la mejora del municipio —como inversiones de la Diputación o la organización de eventos culturales y deportivos— y ha generado constantes fricciones internas. Uno de los últimos episodios de tensión tuvo lugar durante la Motocacharrada, donde Ramos protagonizó una actitud beligerante que causó indignación entre organizadores y asistentes.
Las críticas se han extendido también desde los propios vecinos. “No ha representado a nadie, solo a su propio ego”, señalan desde colectivos vecinales. Otros apuntan directamente a su comportamiento como “desagradable, agresivo y lleno de odio”.
Aunque Ramos mantiene de momento su acta como concejal, su peso político ha quedado relegado a la irrelevancia. Desde todos los grupos se exige que dé un paso atrás definitivo para no seguir bloqueando el normal funcionamiento del Ayuntamiento. “No se puede permitir que quien solo ha generado crispación tenga voz en las decisiones de un pueblo que merece respeto y estabilidad”, defienden los ediles.
La corporación compuesta por el alcalde David Lagarejos y el concejal Raúl Redondo (PP), los dos ediles socialistas Álvaro Chapado y Andrés Segurado, Mario Ramos por VOX y el destituído de sus cargos Domingo Ramos, además de Aitor Carnero por Zamora Sí. Con esta nueva configuración, y el mandato en minoría, Pereruela encara una etapa de diálogo y reconstrucción política, con la vista puesta en los verdaderos intereses de sus vecinos.
Pereruela ha dicho basta. Y con esta decisión, inicia el camino hacia la serenidad institucional que tanto necesita.