Hoy, 15 de octubre, se conmemora el Día Internacional de la Mujer Rural, una fecha significativa que resalta la crucial contribución de las mujeres en el desarrollo y sostenibilidad de las áreas rurales. Este día se centra en reconocer a aquellas mujeres que, de manera incansable, trabajan cada día para apoyar a sus familias, y que, en muchos casos, son el futuro de la agricultura y la economía local, todo ello sin esperar ningún tipo de reconocimiento ni descanso.
A pesar de su vital rol, un reciente informe de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) revela una preocupante estadística: solo el 28,50% de los titulares de explotaciones agrícolas y ganaderas en España son mujeres. Esta cifra subraya la invisibilidad que enfrentan muchas de ellas en estadísticas y estudios, a pesar de que son fundamentales para mantener vivos los pequeños pueblos y las zonas rurales.
El trabajo de las mujeres rurales va más allá de la agricultura. Su esfuerzo incluye la gestión del hogar, el cuidado de familiares y una activa participación en la vida comunitaria. Sin embargo, a pesar de las adversidades, estas mujeres continúan con una fortaleza admirable, enfrentándose a retos como la despoblación, la falta de recursos y el acceso limitado a servicios básicos.
En un contexto en el que el trabajo rural se vuelve cada vez más complejo, marcado por la crisis climática y las transformaciones económicas, las mujeres rurales emergen como un pilar esencial. Su papel en la transmisión de conocimientos tradicionales y en la preservación de la cultura rural es vital para el futuro de estas comunidades.
Hoy, más que nunca, el Día Internacional de la Mujer Rural nos invita a reflexionar sobre la importancia de su labor y a abogar por su reconocimiento, apoyo y empoderamiento. Las mujeres rurales no solo trabajan por sus familias, sino que son un motor indispensable para el desarrollo sostenible y el bienestar de las generaciones futuras.