Un grupo de 15 vecinos mayores de 55 años de Monfarracinos ha experimentado una notable mejora en su salud física y emocional gracias al proyecto europeo IKIGAI55, impulsado por la Diputación de Zamora. El programa, diseñado específicamente para la población “silver”, combina entrenamiento físico con tecnología ponible para prevenir la sarcopenia y los problemas asociados, como la pérdida de masa muscular, las caídas y el deterioro cognitivo.
Las sesiones, celebradas en el salón multiusos de la localidad, han estado enfocadas en la fuerza, la movilidad y el control postural, logrando que los participantes reduzcan el riesgo de caídas y mejoren la coordinación, la flexibilidad y la estabilidad funcional. Además, los ejercicios se adaptaron a la intensidad y necesidades de cada persona, aplicando técnicas de motivación basadas en refuerzos positivos y metas alcanzables.
El trabajo de los entrenadores especializados David Gago y Rafael Pasalodos fue fundamental. Siguiendo las directrices de los manuales IKIGAI55 para entrenadores y técnicas de motivación, ambos profesionales ayudaron a superar los temores iniciales de los participantes y fomentaron la cohesión grupal a través de dinámicas colaborativas, mindfulness y respiración consciente.
La tecnología también jugó un papel destacado: los participantes utilizaron smartwatches para monitorizar su frecuencia cardiaca, niveles de estrés y calorías quemadas, lo que aumentó la seguridad y la motivación. Pese a la reticencia inicial al uso de estos dispositivos, el acompañamiento individualizado facilitó su aceptación. Además, la creación de un grupo de WhatsApp permitió mantener la comunicación y fortalecer la cohesión social del grupo.
Los resultados han sido alentadores: cuestionarios estandarizados y escalas de medición emocional y de esfuerzo percibido mostraron una disminución de la fatiga y un aumento en la satisfacción y bienestar general de los participantes.
“Se trata de una experiencia transformadora”, destacan los entrenadores, quienes subrayan que la flexibilidad metodológica, la comunicación constante y un enfoque centrado en la persona han sido claves para el éxito y la sostenibilidad del programa.