La ALIANZA UPA-COAG considera que "los cupos de caza de lobo aprobados por la Consejería de Medio Ambiente son insuficientes para reequilibrar el desmedido incremento de ejemplares que este depredador ha experimentado en los últimos años". En este sentido, es necesario poner de relieve que el debate debería centrarse no tanto en los lobos que se autorizan a cazar, como sobre los que realmente se controlan.
Recordemos que los cupos son reiteradamente incumplidos año tras año, quedando su porcentaje efectivo de aplicación por debajo del cincuenta por ciento. Precisamente este incumplimiento de los cupos es lo que explica en parte el incremento poblacional de la especie y la colonización de nuevos territorios donde antes no estaba presente.
La ALIANZA UPA-COAG entiende que el mayor problema actual viene generado por la expansión geográfica desmedida del lobo y su exponencial incremento poblacional. La Consejería de Medio Ambiente debe controlar la población de lobos, vigilando especialmente que ésta se circunscriba solo a aquellas áreas donde sea ecológica y socialmente aceptable, y manteniéndola en un volumen adecuado en relación a la extensión del territorio y la importancia de la ganadería extensiva en el mismo.
Desde la Alianza siempre nos hemos mostrado partidarios de alcanzar un consenso social para resolver tres cuestiones aún pendientes: cuántos lobos queremos, dónde los queremos, y como compensamos los daños que provocan.
Sin embargo, este consenso es prácticamente imposible por la actitud radical e intransigente de determinados colectivos a los que parece importar poco que desaparezcan la ganadería extensiva y los ganaderos de amplias zonas de nuestra comunidad. El lobo no está en peligro de extinción como quieren hacer ver estos colectivos, generando un debate falso.