Un equipo especializado de guardas fluviales y agentes medioambientales de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), conocido como Guardería Fluvial, vela por el cumplimiento de las normas y la protección de las aguas superficiales y subterráneas a lo largo de los 39.675 ríos y arroyos de la cuenca del Duero. Formado por 58 profesionales, este cuerpo de vigilancia reparte su labor entre 5.587 núcleos de población de la demarcación.
Su trabajo es fundamental para garantizar una política eficaz del agua, mediante un control permanente y especializado de los recursos hídricos, y una función educativa que promueve el respeto al medio ambiente. Además de proteger los cauces, actúan en situaciones de emergencia, como avenidas, sequías, vertidos accidentales o mortandades piscícolas, y en la detección temprana de cianobacterias o especies invasoras.
El personal de la Guardería Fluvial colabora en todo tipo de muestreos físicoquímicos, biológicos e hidromorfológicos, y realiza tareas de asesoramiento a la ciudadanía en trámites administrativos, denuncias o permisos, además de desarrollar actividades de sensibilización y educación ambiental, con el objetivo de fomentar el uso responsable del agua y el cumplimiento de la normativa.
Dentro de sus funciones, estos agentes también verifican las condiciones de las concesiones de agua y las notificaciones emitidas por la CHD, revisan expedientes, denuncian infracciones por obras no autorizadas o por aprovechamientos ilegales, y controlan la acumulación de materiales contaminantes. Además, comprueban el cumplimiento de los Planes de Cultivos de las comunidades de usuarios de aguas subterráneas y de los derechos del Catálogo de Aguas Privadas.
En el ámbito agrícola, inspeccionan los sistemas de riego para garantizar que el agua se use exclusivamente en las superficies autorizadas. La cuenca del Duero cuenta con 585.337 hectáreas de regadío, de las cuales 429.078 son de riego superficial y 156.259 de riego subterráneo. También supervisan el funcionamiento de las estaciones depuradoras, los caudales ecológicos y la navegación en la cuenca.
Los agentes realizan seguimiento de embalses y participan en simulacros ante roturas de presas o incidentes en oleoductos. En caso de emergencia, colaboran con la protección civil, las fuerzas de seguridad y otras administraciones, incluso en la búsqueda de personas desaparecidas o el control de animales peligrosos, demostrando su papel integral en la protección del medio natural.