A la tercera no fue la vencida. Granja de Moreruela no ha podido celebrar por tercer año consecutivo la fiesta del sumarro en la nave del Ayuntamiento, pero gracias a la iniciativa de uno de los bares del pueblo los granjeños han podido degustar la carne de matanza. Eso sí, unos en casa y otros desafiando el frío, en la terraza del establecimiento, abierta para la ocasión.
Granja de Moreruela comenzó a celebrar hace tres años la "fiesta del sumarro" (carne de cerdo) en un intento de recuperar la tradición de la matanza. El festín gastronómico reunía a numerosos vecinos e hijos del pueblo que pasaban en el municipio estos días del puente de la Constitución. La jornada concluía con juegos y un un baile en la nave municipal del frontón.
Este año, la pandemia y las restricciones sanitarias que conlleva ha impedido una fiesta conjunta, pero el Bar La Espiga decidió hacer una parrillada para que los granjeños pudieran continuar con la tradición.
Unos prefirieron degustar el menú a base de secreto, panceta y chorizo en sus casas, pero algunos vecinos desafiaron el frío y lo hicieron en la terraza del establecimiento, que se abrió para la ocasión después de que la Junta de Castilla y León permitiera los hosteleros la apertura de estas instalaciones al aire libre, a la espera de la total apertura de la hostelería.
