El Ayuntamiento de Fuentesaúco ha emitido un comunicado en el que muestra su voluntad de apoyar a la Fundación Catalina Labura, propiedad de la residencia privada del municipio en la que se han registrado siete fallecimientos desde la declaración del estado de alarma -uno de ellos por coronavirus, otro con síntomas compatibles con la enfermedad y los otros siete por otras causas-, de acuerdo con la información adelantada este pasado jueves por La Opinión-El Correo de Zamora.
La situación vivida en el centro asistencial es límite, con hasta nueve residentes más con síntomas respiratorios agudos y una plantilla exigua y extenuada por la carga de trabajo y la presión psicológica de las últimas semanas. De acuerdo con la información aportada por el diario zamorano, la residencia tenía al menos dos plazas por cubrir hasta la jornada del miércoles, cuando la incorporación de una nueva enfermera ha reducido las necesidades del centro al puesto de gericultor. Asimismo, la falta de medios de protección no es ajena a este centro, cuyas auxiliares han trasladado a los familiares de los usuarios las dificultades para afrontar esta situación sin las adecuadas medidas de protección.
En cuanto a la actuación del Ayuntamiento, el alcalde, Eduardo Folgado (PSOE), en el comunicado dado a conocer a los medios de comunicación establece tres líneas claras de colaboración: desinfección de los exteriores de la residencia por parte de la UME, las administraciones provinciales y municipales; donar equipos sanitarios de protección a la residencia y poner a disposición del centro dos contenedores para que los residuos de la institución no se mezclen con otros contenedores, evitando por tanto propagar el foco de contagio.
Por otro lado, el Consistorio local solicita que la residencia remita un informe médico, enfermero y social diario a los familiares sobre el estado de los pacientes.
Por último, el Ayuntamiento quiere reconocer “la labor desempeñada por los trabajadores de la residencia privada”, a los que les reconoce su enorme despliegue -ha trascendido que los empleados se encuentran doblando turnos, incluso poniendo en riesgo su salud- para mantener atendidos a los mayores del centro.