El presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, ha reiterado su postura respecto a la reorganización de las oficinas de la Guardia Civil en la provincia, insistiendo en que el principal problema radica en la falta de plantilla. Según ha explicado, la necesidad de garantizar la presencia de agentes en la calle ha llevado al cierre de algunos cuarteles, una decisión que sigue sin parecerle acertada.
El subdelegado del Gobierno en Zamora ha informado que próximamente se presentará un informe elaborado por la propia Guardia Civil sobre el balance de estos meses de cambios en las oficinas. Sin embargo, Faúndez ha señalado que su opinión no ha variado desde el primer momento: "Es un problema de plantilla y, al final, lo que han tenido que hacer es cerrar oficinas para poder mantener el ritmo de patrullaje en la calle, algo que es muy importante y apreciado en el medio rural".
A pesar de la reducción de horarios en algunos cuarteles, el subdelegado ha asegurado que no ha habido denuncias sin tramitar y que el funcionamiento ha sido correcto. No obstante, Faúndez ha expresado dudas al respecto, mencionando el caso del cuartel de Fonfría, que solo abre una mañana a la semana. También ha señalado que algunos ciudadanos han tenido dificultades para presentar denuncias, cuando antes podían hacerlo de inmediato.
"Es el ciudadano quien debe estar satisfecho con el servicio", destacando que tanto la presencia en la calle como la atención en las oficinas son esenciales para la seguridad en la provincia.
