Las predicciones no eran halagüeñas, pero el cielo ha terminado por respetar. Argusino ha vuelto a celebrar su tradicional romería de la Santa Cruz cumpliendo con la tradición en el calendario de cada primer domingo de mayo.
La música de la flauta y el tamboril se desplazaba desde la vecina Almeida hasta el entorno de la ermita para abrir el telón a una jornada de tradiciones, espíritu festivo y que acogía la inauguración del columbario. El que era el sueño de tantos argusinejos de descansar a la orilla de su pueblo, anegado desde hace 57 años bajos las aguas del embalse de Almendra, desde hoy ya es una realidad.

Juan José Carbajo, párroco de Villar del Buey, era el encargado de bendecir el columbario con una capacidad inicial para 35 familias y que viene a dar cumplimiento a las reivindicaciones de quienes perdieron no sólo su hogar y su pueblo, sino a sus seres queridos, que dormitan bajo capas de hormigón y un mar de agua.

Una romería que ha sorteado un cielo encapotado y bajo la constante amenaza de lluvia, pero que no ha podido con la ilusión de nativos y descendientes. Fieles a la tradición han regresado para sacar las imágenes en procesión y orar por los suyos junto a un embalse de Almendra a rebosar y que apenas dejaba procesionar unos cientos de metros. La cruz de Argusino y el estandarte han vuelto en busca de los suyos, aquellos que forman parte de una historia que lucha por no caer en el olvido.
