María Teresa Martín Pozo ha finalizado su discurso con unas reflexiones personales en lo que ha sido el momento más emotivo de la jornada, que ha discurrido en un ambiente de cordialidad y respeto.
María Teresa Martín Pozo ha querido abrir su corazón y mostrar su lado más humano, el de sus sueños, en la parte final del discurso de investidura como presidenta de la Diputación Provincial. El final de su intervención ha sido, sin duda, el momento más emotivo de la jornada, en especial cuando ha tenido un recuerdo para sus padres y su hermano, "hoy más vivos que nunca, en lo más profundo de mi corazón y mis recuerdos" y cuando ha nombrado a su marido y a su hija que "son, junto con Zamora, mi razón de ser y de vivir".
Ha sido éste uno de los momentos en que la nueva presidenta ha recibido una cerrada ovación de todos los asistentes a la sesión de investidura, que comenzaba a las 12 horas en la iglesia de La Encarnación y en el que, tras el discurso político, María Teresa Martín Pozo ha hablado como "cualquier hombre o mujer de esta tierra, de nuestra Zamora eterna", a la vez que ha desvelado que, como presidenta de la Diputación, "desde la modestia y la humildad, pero con mucha ilusión, sólo aspiro a que algún día alguien recuerde mi gestión que será -como no podría ser de otra manera- sin pensar en la recompensa".
Alcaldes y concejales de todas las comarcas y de distinto signo político, diputados nacionales, senadores y representantes en las cortes autonómicas, como Antonio Vázquez, Dionisio García Carnero, Jesús Sedano, Rosa Valdeón, Óscar Reguera o Ana Sánchez, entre otros; el subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo; el delegado territorial de la Junta, Alberto Castro; y destacados líderes populares de las provincias vecinas, como Alfonso Fernández Mañueco, además del presidente saliente y ya expresidente de la Diputación, Fernando Martínez Maíllo, con quien la presidenta se fundió en un emocionado abrazo, han arropado a Mayte Martín Pozo en su investidura.
También ha estado presente en el acto el alcalde de la ciudad, Francisco Guarido, además de una nutrida representación de concejales de la capital como Clara San Damián, Miguel Ángel Viñas, María José Herrero o Belén Sánchez de Anta, entre otros, junto a representantes del estamento judicial y de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que se han dado cita en La Encarnación.
Unos minutos antes de las 12 horas el joyero Dionisio Alba colocaba meticulosamente las medallas e insignias de los diputados de la nueva Corporación y de la presidenta. Todo estaba ya listo en una sala que se iba llenando progresivamente de público, abrazos y buenos deseos en una sesión en la que se respiraba "provincia" por los cuatro costados, como recordó la propia presidenta glosando cada una de las comarcas zamoranas, "todas tan diversas, a cual más bonita y más querida".
Tras la acreditación de los diputados se procedió a la constitución de la mesa, integrada por el secretario de la institución y los miembros de mayor y menor edad de la Corporación, siendo el mayor el popular José Luis Pernía, y el menor David Carrión, que se estrena como diputado provincial por Ciudadanos.
Precisamente Pernía ha protagonizado dos divertidas anécdotas en la sesión, como han sido, al proceder a efectuar el recuento, señalar que iban a elegir al presidente "o presidenta" -palabra que pronunció alzando la voz y mirando a la todavía candidata popular- de la Diputación, o remover los votos depositados en la urna como si de un sorteo se tratase, todo ello en un ambiente de cordialidad y respeto que ha presidido la jornada.
Finalizada la investidura, todos los miembros de la nueva Corporación y compañeros de partido han acudido a felicitar a la nueva presidenta, así como el alcalde de la ciudad, a quien en declaraciones posteriores María Teresa Martín Pozo ha agradecido su asistencia al acto, a la vez que ha destacado "el buen ánimo de colaborar" entre la oposición, "cada uno defendiendo sus ideas".
