La Asociación Criosanabria ha presentado una campaña de sensibilización para prevenir incendios forestales en Zamora ante el nuevo escenario de cambio climático que, según la entidad, ha desbordado por completo las actuales estrategias de lucha contra el fuego. La campaña, que se difunde en redes sociales y en establecimientos públicos, pretende involucrar a los ciudadanos y visitantes en la protección de los montes y denunciar las causas estructurales que multiplican el riesgo de los incendios de quinta generación, cada vez más devastadores.
Según Criosanabria, los grandes incendios que se producen en los últimos veranos en Zamora y en toda España son el resultado de «varios siglos sin una correcta gestión y ordenación de nuestros montes», junto con el abandono rural, la expansión de monocultivos de pino y la falta de medidas efectivas que hagan rentable la silvicultura y la ganadería extensiva. Entre el 85% y el 95% de los incendios tienen origen humano en áreas de monte bajo o pinares.
La organización advierte de que el aumento de temperaturas, la sequía prolongada y la acumulación de biomasa extremadamente seca, tras primaveras con abundantes lluvias, convierten amplias zonas de Zamora en «un polvorín imposible de apagar en caso de producirse un fuego». Subrayan especialmente el riesgo crítico en la Sierra de la Culebra occidental, que no ardió en 2022 y mantiene un estado de abandono similar al de la zona quemada.
Criosanabria propone un cambio de modelo que pase de priorizar únicamente la extinción a establecer una prevención integral basada en:
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Ordenación territorial y paisajes en mosaico que frenen la propagación del fuego.
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Corredores ecológicos que fomenten el intercambio genético y la regeneración natural.
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Aprovechamientos forestales y reforestaciones con especies autóctonas que garanticen la conservación del suelo.
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Mejoras laborales y estabilidad de los equipos de extinción.
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Actividades silvopastoriles y aprovechamientos innovadores que generen rentabilidad y reduzcan la vegetación inflamable.
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Campañas de educación ambiental y participación ciudadana.
La asociación también denuncia que tras los últimos grandes incendios no se ha realizado una correcta zonificación de los daños, fundamental para determinar en qué zonas intervenir y en cuáles dejar que la naturaleza se regenere por sí sola. Recuerdan que, según Naciones Unidas, el 96% de los bosques degradados por acción humana se recuperan sin ayudas, siempre que se mantenga el suelo y se evite la erosión en zonas con fuertes pendientes.
En la campaña se critica la persistencia en plantar especies pirófitas, como los pinos, que incrementan el riesgo de incendios al producir resina, piñas y copas muy combustibles, convirtiendo los montes en desiertos verdes que favorecen la desertificación y la proliferación de plagas como la procesionaria.
Criosanabria insiste en que un bosque bien conservado es esencial para el futuro: convierte CO2 en oxígeno, produce alimentos para la fauna y sostiene la base de la cadena trófica. Por ello, reclaman que se apueste por un cambio real en la política forestal que tenga en cuenta los efectos del cambio climático y la recuperación de actividades rurales tradicionales que mantengan limpio el monte y dinamicen las zonas despobladas.