Los bomberos del Consorcio Provincial de la Diputación de Zamora mantienen ya 7 meses de lucha. No por mejoras salariales, sino por falta de material, de formación y de un régimen y protocolo de trabajo que aún habiéndose conseguido establecer tras 17 años de peticiones, ahora además tiene lagunas en cuanto a su aplicación.
Grietas, desperfectos y faltas de mantenimiento en parques y vehículos, además de las conocidas faltas de material que han denunciado decenas de ocasiones, siguen siendo las reivindicaciones que mantienen los bomberos de este servicio de la Diputación Provincial.
Ellos son los únicos que en conflicto por medidas tanto de seguridad como de herramientas para su trabajo, tienen mucho que decir en el día de los trabajadores por excelencia que fue ayer, y también sus madres hoy en su día. Y ellos por supuesto ya que se juegan sus vidas por los demás. No piden más dinero en sus sueldos, piden la excelencia de la que se presume, pero de forma real y sin alardeos.
La administración y en este caso la Diputación Provincial de Zamora en este año y en el final del pasado, tiene un quiste en lo que se refiere a la reputación de un cuerpo más que honorable como es el de los Bomberos del Consorcio. Profesionales o voluntarios mantienen desde hace 7 meses un conflicto que más de uno arreglaría en 10 minutos. Un enroque que no lleva más que a una más que molesta protesta, cuando además se trata de seguridad en el trabajo, ordenación y medios con los que deberían de contar desde hace años, puesto que ya son 18, toda una mayoría de edad la que tiene este cuerpo especial de bomberos del Consorcio de la Diputación de Zamora.
Sin camiones escala, sin posibilidad de llegar antes a lugares alejados en más de una hora de trayecto, con trajes de protección en muchos casos en mal estado, con vehículos sin haber pasado los correspondientes mantenimientos, con instalaciones que dejan en muchos casos en entredicho la excelencia de la que se presume, dejan a la mayoría de estos profesionales en salvar vidas en paños menores. Una situación que parece no finalizar y que provoca denuncias y malestar entre bomberos, administración y por supuesto por los más perjudicados al final que son los usuarios, los que pagan las nóminas de bomberos y políticos que los dirigen.
Complicado es mantener un discurso en positivo al no ser de cara a la galería, cuando ya son siete meses de protestas en la puerta del ente provincial, dicho sea de paso un derecho, el de la protesta, y más cuando se trata del salvamento de las personas que viven en el ámbito rural y son los que han de proteger los políticos que dicen luchar por la Zamora vaciada.
En la galería de imágenes que les mostramos pueden ver que no es todo oro lo que reluce y a parte de las críticas que se llevan los bomberos y los abucheos tras tener que recorrer media provincia para apagar un incendio, no son culpa de ellos ni mucho menos, sino de las cabezas pensantes, que en el mundo de las emergencias parecen escasear.
Zamora y provincia no están preparadas para un suceso de mediana magnitud, cuando ni siquiera hay bomberos profesionales suficientes para cubrir un territorio de más de 10.500 kilómetros cuadrados, y aunque se haya bajado de una población de 170.000 habitantes los ratios de bomberos siguen sin cumplirse. Tampoco el de los medios que pagamos todos y seguro que si se pregunta no habría nunca problemas en aunque fuera a escote cubrir las necesidades.
Sin camiones escala para trabajar en altura que parece ser que en los pueblos no hay edificios de 4 o cuatro pisos.
Ese camión no tiene conectada la carga rápida porque no funciona hace años, esto demora la salida unos 2 minutos hasta que el camión se calienta y alcanza la temperatura óptima para poder circular, ,hasta que eso no sucede no se puede mover porque el freno de mano no puede desbloquearse, un problema solucionable y del que ya han dado cuenta en repetidas ocasiones, pero que los jefes de servicio no son capaces de resolver.
Eso es lo que aparece en la pantalla de una de las autobombas cuando das el contacto, fallo comunicado también al jefe de servicio y también esta es Centralita de alarma de incendios que da fallo y cuando le apetece salta de repente, también está sin reparar
Las humedades y las grietas en los parques de bomberos son ya conocidas por todos, quizá la excelencia se demuestra en otros lares y si para los usuarios diarios de instalaciones y equipamientos así como vehículos y utensilios no cumplen con lo establecido en las normas y en los manuales que claro está deben saberse hay algo que falla. Que hoy piensen en las madres y en los trabajadores no sería malo por una vez, alimentar egos y mantener las cuerdas tensas solo llevan a crear climas desagradables y para nada recomendables sobre todo cuando se trata de un mundo rural al que se le siguen negando derechos como el de estar protegidos por profesionales con los medios que marcan los cánones de la seguridad y profesionalidad.
Los cabestrantes tampoco tienen ninguna buena apariencia