Prada agradeció el esfuerzo extraordinario de los servicios de extinción de incendios de la Junta de Castilla y León, que contaron con el apoyo de equipos de Zamora, Salamanca y Valladolid. "Hicieron un trabajo ímprobo", señaló, destacando la rapidez y efectividad con la que lograron evitar que el fuego alcanzara una estación de gasolina cercana, lo que podría haber tenido consecuencias aún más devastadoras.
A pesar de los esfuerzos, las llamas se acercaron peligrosamente a la población de Sejas, lo que llevó al desalojo de sus habitantes en una operación en la que colaboraron eficazmente la Cruz Roja y los residentes de Alcañices. Prada subrayó la importancia de la cooperación comunitaria durante esta emergencia.
El delegado también confirmó que el incendio fue provocado con la intención de causar un daño considerable, calificando el acto como un posible caso de "terrorismo medioambiental". El fuego se inició en una zona boscosa con abundante material inflamable y en condiciones de viento desfavorables, lo que complicó su control. Además, Prada lamentó que el incendio no solo puso en riesgo la vida de los bomberos, sino que también causó la muerte indirecta de una persona durante la evacuación, y un miembro de las cuadrillas de extinción de Salamanca resultó herido, aunque su estado no reviste gravedad.
La Junta de Castilla y León ha condenado enérgicamente este acto delictivo que ha destruido una masa forestal de gran valor, estimada en un 75% del área afectada. Prada hizo un llamamiento a la población para que denuncie cualquier actividad sospechosa y reiteró el compromiso de las autoridades de perseguir a los responsables. "No se hace daño a la Junta, se hace daño a toda la sociedad", afirmó, enfatizando la necesidad de proteger el patrimonio natural de la región.
Las investigaciones están en curso, y la Policía Judicial y el SEPRONA se han encargado de esclarecer los hechos para llevar a los culpables ante la justicia.
