Los braseros de cisco resisten en los pueblos de Zamora: tradición y riesgo de intoxicación

En las frías noches de invierno en la provincia de Zamora, en comarcas como Aliste, Sayago y Sanabria, todavía persiste una tradición de calefacción ancestral
Brasero. Fotografía de archivo
photo_camera Brasero. Fotografía de archivo

En las frías noches de invierno en la provincia de Zamora, en comarcas como Aliste, Sayago y Sanabria, todavía persiste una tradición de calefacción ancestral: el brasero de cisco. Este sistema de combustión de carbón vegetal sigue presente en muchas casas, especialmente entre la población mayor, debido a su eficacia calorífica y bajo coste en comparación con otros sistemas modernos. Sin embargo, su uso entraña riesgos serios de intoxicación por monóxido de carbono, especialmente en espacios mal ventilados.

Un sistema tradicional pero peligroso
El brasero de cisco ha sido, durante generaciones, la forma más económica de calentar estancias en viviendas rurales. Su funcionamiento es sencillo: se enciende una brasa de carbón menudillo, que luego se cubre con una capa de ceniza para mantener un calor constante. Esta combustión lenta libera monóxido de carbono (CO), un gas incoloro e inodoro que puede provocar intoxicaciones graves e incluso la muerte si se acumula en un espacio sin ventilación adecuada.

Cada invierno, en España se registran casos de intoxicación por monóxido de carbono derivados del uso de braseros, estufas de leña o carbón y calentadores de gas defectuosos. En Zamora, especialmente en pueblos de difícil acceso o con problemas de suministro eléctrico, los braseros de cisco siguen siendo una opción común, pese a los avisos sanitarios.

"Atufarse", el peligro silencioso
En muchos hogares, aún se emplea el término “atufarse” para referirse a la sensación de mareo o somnolencia que provoca la acumulación de gases en una habitación cerrada con un brasero encendido. Este síntoma es una señal de alarma de que el monóxido de carbono está desplazando el oxígeno en el ambiente. Entre los primeros signos de intoxicación se encuentran:

  • Dolor de cabeza y mareo
  • Somnolencia y confusión
  • Náuseas y vómitos
  • Debilidad y dificultad para respirar
  • En los casos más graves, la falta de oxígeno puede llevar a la pérdida del conocimiento y la muerte si no se actúa con rapidez.

Ventilar siempre: una medida imprescindible
Para evitar riesgos, es fundamental mantener siempre alguna puerta o ventana entreabierta cuando se utilicen braseros de cisco o cualquier sistema de combustión. Además, nunca se deben encender en dormitorios durante la noche, y se recomienda apagarlos antes de dormir.

Las autoridades sanitarias insisten en la importancia de instalar detectores de monóxido de carbono en las viviendas con este tipo de calefacción, aunque en muchas casas rurales estas medidas aún no se han implementado.

Un dilema entre tradición y seguridad
Pese a los avances en calefacción y las campañas de concienciación, muchas familias zamoranas siguen optando por los braseros de cisco por costumbre o por necesidad. En comarcas como Aliste, Sayago y Sanabria, donde la despoblación y el envejecimiento son una realidad, el cambio hacia sistemas más seguros no siempre es viable económicamente.

El desafío está en conciliar la tradición con la seguridad, promoviendo medidas de ventilación y prevención para que el uso del brasero no se convierta en un peligro silencioso. Mientras tanto, el invierno sigue acercándose y, con él, el riesgo de que el calor de siempre pueda convertirse en una amenaza invisible

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