Zamora se quema. Zamora arde y Zamora llora. Son numerosos los testimonios y las historias que están dejando estas llamas; historias que encojen y desgarran el corazón.
“Yo nací aquí, corrí por sus montes, recorrí sus pinares, recogí sus setas y hoy he tenido que escuchar de un amigo bombero: pues ayer curramos de lo lindo… era descorazonador verse quemar los pinares y no poder hacer casi nada porque las condiciones meteorológicas eran infernales.”, ha explicado Nazaret Mateos en su instagram (@entresetas).
Y es que, según ha apuntado, “esto es la Sierra de la Culebra en Zamora y todos los años estamos igual. Estamos bajos de efectivos en los retenes, no hay bomberos suficientes, estamos en plena sequía, pero no hay refuerzos de contrataciones”.
El dolor, la desolación, la desesperanza, se hace palpable después de tantas hectáreas entre las llamas. “Está ardiendo la reserva de caza, la reserva micológica, los avistamientos de lobos, está ardiendo la Sierra de la Culebra. Están ardiendo los únicos recursos económicos que le quedaban a una parte de España para la que, año tras año, parece que nadie mira”.
Y así es como duelen la tierra, las zonas rurales, el hogar, la naturaleza y la economía. “Que no se le olvide a nadie que esto es el rural, esto es lo que pasa cuando no se cuida y así es como mueren los sueños. Hoy os escribo esto con lágrimas en los ojos y con el corazón en un puño porque mi gente y mi tierra sufre”, ha concluido.
