Un año más, los jóvenes que este 2025 cumplen la mayoría de edad recorrieron las calles del pueblo pidiendo la popular "Miaja", en un fin de semana de fiesta, orgullo familiar y unión vecinal.
Un fin de semana de fiesta y legado familiar
La celebración comenzó este viernes 14 de febrero con la tradicional salida de los quintos, acompañados por la charanga El Flow. Vecinos y familiares aportaron viandas y donativos, mientras el grupo animaba las calles con su alegría y colorido. Por la noche, la música siguió con Nómada Street Music y Cadenas DJ, en una fiesta que incluyó un concurso de disfraces para grandes y pequeños.
Este sábado 15 de febrero, a las 16:30, llegó uno de los momentos más esperados: la lectura de la relación de los quintos, ese acto en el que se mezclan recuerdos, humor y alguna que otra pullita. La jornada concluyó con el gran baile de la macrodiscoteca Selvatika, en el que también se celebró el sorteo de rifas.

El domingo 16 de febrero, como broche final, los quintos madrugarán para agradecer a sus vecinos todo el apoyo con el tradicional reparto de chocolate caliente a las ocho de la mañana.
Orgullo de madres y la tradición que se hereda
Porque si algo se repite año tras año en Madridanos, además de la fiesta, son las madres sacando pecho por sus quintos. Y es que, como siempre, todas coinciden en lo mismo: "El mío es el más guapo". Es casi una competición paralela. Eva, una de esas madres orgullosas, que vivió su propia quintada el año pasado y que ahora, en 2025, ve a su hijo tomando el relevo, lo tiene claro: "Esto es mucho más que una fiesta, es una tradición que se transmite de padres a hijos y que une a todo el pueblo".
Y es que ser quinto en Madridanos no es solo este fin de semana de celebraciones. Durante todo el año, los 17 protagonistas de esta edición seguirán organizando encuentros y actividades, fortaleciendo ese vínculo que nace con la quintada y que les acompañará siempre.
Los 17 protagonistas
Este año, los quintos que representan la esencia de esta tradición son:
Erika, Ioritz, Héctor, Diego, Alma, Lucía, Celia, Marco, Eder, Iván, Fran, Paula, Claudia, Gisela, Iván, Rubén y Daniela.
Jóvenes que ya han dejado su huella en Madridanos y que, seguro, el día de mañana también presumirán de sus propios hijos quintos.
Porque en Madridanos la quintada no solo es fiesta, es historia viva, orgullo familiar y un sello que pasa de generación en generación.
