Está siendo un verano de auténtica pesadilla para los montes y campos. Para la naturaleza, los que viven directa e indirectamente de ella y para toda España en general que ve cómo su patrimonio más importante natural y salvaje, se quema sin remedio. La sequía y las altas temperaturas forman el tándem perfecto para desatar el horror que, en otros casos, termina por provocar la mano del hombre.
Y es que sólo en lo que va de 2022 un total de 35 provincias ya superan en superficie calcinada el área máxima afectada al peor año desde que se tienen registros. En concreto, según detalla el Sistema Europeo de Información de Incendios Forestales (EFFIS), si bien este 2022 aún no llega a alcanzar las 219.000 que se vieron afectadas en 2012 -según los datos que maneja el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco)-.
Entre las provincias afectadas se encuentran Asturias, Badajoz, Barcelona, Burgos, Cáceres, Cantabria, Ciudad Real, Cuenca, Lleida, Lugo, Málaga, Navarra, ourense, Salamanca, Segovia, Toledo, Valladolid, Zamora -con más de 67... hectáreas quemadas. y Zaragoza.
Los expertos calculan que, de manera generalizada, la temporada de incendios se está adelantando, con la zona del oeste y noroeste peninsular como la principal afectada. Las Hurdes, Monfragüe, los tres incendios en la zona de La Culebra o el fuego de Carballedas son sólo algunos de los más importantes en lo que va de año y que han calcinado miles de hectáreas a su paso.
En el caso de la provincia zamorana concentra en torno al 60% del total de la superficie afectada por los fuegos en lo que va de año. Un triste récord que esconde la evidente pérdida de biodiversidad y la consecuente contracción de la economía en la zona. Se sitúa hasta el momento
