Países Bajos vuelve a entrara desde este domingo en el más estricto confinamiento domiciliario con la única intención de poner coto al avance imparable que la variante ómicron está teniendo en el país. Con las Navidades cercadas por completo para los ciudadanos como única medida viable para el Gobierno neerlandés para hacer frente al aumento de contagios, sólo se permitirá una liviana celebración en los días clave.
Así, por día se puede recibir en casa a un máximo de dos invitados, una normada que se ampliará al doble durante los días de Nochebuena, Navidad y San Esteban (26 de diciembre) y Nochevieja, cuando se admitirán a un total de cuatro visitantes por hogar.
El primer ministro en funciones, Mark Rutte, explicó en una rueda de prensa en La Haya la decisión del Ejecutivo del país que opta por cerrar toda la actividad no esencial, incluidos colegios y universidades. De esta manera únicamente permanecerán abiertas las tiendas y comercios imprescindibles, como es el caso de supermercados, farmacias, gasolineras y servicios mínimos. Una decisión que vuelve abocar al cierre a restaurantes, cines, teatros o gimnasios, entre otros.
Dee esta manera el Gobierno neerlandés tratará de ganar tiempo y combatir al virus con esta medida unida al avance de la vacunación de la dosis de refuerzo, que deberá completarse en toda la población mayor de 18 años antes de finales de enero. Con más de 1,3 millones de personas sin vacunar y picos de hasta 24.000 contagios diarios, Países Bajos ha optado por este "confinamiento duro" como método para volver a poner freno al Covid.