El talco, un mineral natural conocido por sus propiedades absorbentes y suavizantes, ha sido durante años un componente clave en cosméticos, productos para bebés y otros artículos de cuidado personal. Sin embargo, recientes investigaciones han generado inquietudes sobre su seguridad. En julio de 2024, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasificó al talco como "probablemente cancerígeno para los humanos". Esta declaración ha puesto en alerta a los consumidores y la industria, dado el uso generalizado del talco en productos de uso diario en hogares de todo el mundo.
La clasificación de la IARC se basa en una serie de estudios científicos que incluyen investigaciones tanto en humanos como en animales. Aunque la evidencia en humanos es limitada, varios estudios han mostrado un aumento en la incidencia de cáncer de ovario en mujeres que han utilizado polvos de talco en la zona genital. Por otro lado, los estudios con animales han proporcionado evidencia suficiente para establecer una posible relación entre la exposición al talco y la formación de tumores.
Además, los estudios han identificado propiedades carcinogénicas en las células humanas y en sistemas experimentales que sugieren que el talco podría tener efectos perjudiciales para la salud. Una de las mayores preocupaciones es la posible contaminación del talco con asbesto, un mineral conocido por ser carcinógeno y cuya presencia en los productos de talco podría representar un grave riesgo tanto para los consumidores como para los trabajadores involucrados en su producción.
La extracción y procesamiento del talco puede generar una contaminación por asbesto, ya que ambos minerales suelen encontrarse en la naturaleza. La exposición al amianto está vinculada a enfermedades respiratorias graves, incluido el cáncer de pulmón. Por esta razón, la posible presencia de asbesto en productos de talco eleva los riesgos asociados al uso de este mineral en productos cosméticos y de cuidado personal.
En respuesta a estas preocupaciones, algunas empresas han comenzado a tomar medidas. En 2023, Johnson & Johnson anunció que suspendería la venta de sus polvos de talco a nivel mundial, después de enfrentar numerosas demandas que alegaban que sus productos causaban cáncer. La decisión de la empresa refleja un cambio en la percepción pública y empresarial sobre la seguridad del talco.
La OMS ha recomendado que los consumidores sean cautelosos con el uso de productos que contengan talco, especialmente en áreas genitales. Se sugiere leer las etiquetas cuidadosamente y considerar alternativas sin talco siempre que sea posible. En respuesta a los riesgos asociados al talco, tanto los consumidores como los fabricantes están explorando alternativas más seguras, como el almidón de maíz, que tiene propiedades absorbentes similares y se utiliza en productos cosméticos y de cuidado personal. Otros ingredientes, como la harina de avena coloidal y la arcilla de caolín, también se emplean en productos para la piel debido a sus beneficios calmantes y absorbentes.