La Organización Mundial de la Salud ha advertido que, si bien ómicron parece ser "menos severa en comparación con delta, especialmente en los vacunados, no debe categorizarse como leve". El director general de la OMS, Tedros Adhanom, sostiene que la variante también puede matar con independencia de su fuerza y gravedad, por lo que no debe tomarse a la ligera.
Así, la OMS recuerda que la última variante detectada en Sudáfrica “causa hospitalizaciones y está matando a personas”. Debido a su alta tasa de transmisión y contagio, la cepa ha puesto a los hospitales de todo el mundo bajo presión, lo que lleva a la organización a reafirmar que, si la vacuna no se distribuye por todo el mundo, el virus puede sufrir nuevas mutaciones.
Ómicron ha puesto a prueba de nuevo los sistemas sanitarios de todo el mundo, con una Atención Primaria colapsada y un nuevo repunte de casos con datos diarios de contagios nunca vistos desde la irrupción de la pandemia, si bien el número de muertes diarias el más bajo en comparación con las primeras olas. Una aspecto con el que la OMS pide actuar con cautela.