La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha expresado su profunda preocupación ante el anuncio de la imposición de aranceles universales por parte de Estados Unidos, advirtiendo de las graves repercusiones que esta medida puede tener sobre la economía de los consumidores europeos. De confirmarse la respuesta por parte de la Unión Europea, que podría incluir la aplicación de aranceles retaliatorios, la guerra comercial podría traducirse en un aumento generalizado de los precios y una reducción en la variedad de productos disponibles en el mercado.
Según la OCU, uno de los efectos más inmediatos y evidentes de los aranceles sería la subida de precios de los productos importados directamente desde Estados Unidos. Entre los productos afectados por los aranceles ya impuestos por la UE se encuentran el whisky bourbon, los pantalones vaqueros y las motocicletas, lo que refleja las tensiones comerciales surgidas a raíz de los aranceles estadounidenses sobre el acero y aluminio europeos, una medida aún no resuelta desde 2018.
La organización subraya que el impacto no solo se limitaría a los productos importados de Estados Unidos, sino que la guerra arancelaria podría generar un aumento de los precios a nivel global. "El incremento de los costes de producción en sectores clave, como el agrícola o el industrial, será inevitable, lo que acabará trasladándose a la cesta de la compra", advirtió la OCU. Este aumento afectaría especialmente a los consumidores con menos recursos, exacerbando las desigualdades económicas.
Además, la OCU señaló que los aranceles pueden generar retrasos en las entregas y escasez temporal de productos, tal como ocurrió durante la pandemia. Si los aranceles afectan a componentes esenciales, como microchips o baterías, los consumidores podrían enfrentarse a esperas prolongadas para recibir productos tecnológicos o incluso a precios más altos debido a la menor disponibilidad.
Frente a esta situación, la OCU afirma que poco pueden hacer los consumidores para evitar los efectos de la guerra comercial iniciada por Estados Unidos, pero les recomienda comparar precios y optar por alternativas de productos de origen europeo cuando sea posible. También hace un llamado al Gobierno y a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para que vigilen de cerca la evolución de los precios y eviten los abusos derivados de la imposición de aranceles.
En conclusión, la OCU advierte que la imposición de aranceles no debe ser utilizada como excusa para subidas de precios injustificadas, y pide a las autoridades que actúen para proteger a los consumidores de los efectos nocivos de esta guerra comercial.