La marcha, que comenzó en el Parque de las Estaciones de Palma, recorrió varias calles de la ciudad hasta llegar al Paseo del Borne, donde concluyó con la lectura de un manifiesto. Los manifestantes portaban pancartas con consignas como "Si nos niegan nuestro techo, nos niegan nuestro futuro: derecho a una vivienda digna" y "Quien ama Mallorca no la destruye", expresando su preocupación por el impacto negativo del turismo masivo en la calidad de vida de los residentes.
Entre las demandas de los manifestantes se encontraba la necesidad de implementar un nuevo modelo turístico que promueva la sostenibilidad y el respeto por el entorno, así como medidas concretas para regular el alquiler vacacional y garantizar el acceso a la vivienda para la población local.
La protesta coincide con la primera reunión del Govern balear para discutir un nuevo enfoque en el sector turístico, en respuesta al creciente malestar social y la congestión en las islas. Baleares, la comunidad más visitada por turistas en España, recibió 14 millones de visitantes en 2023, generando un impacto significativo en la economía regional.