Una mujer de 77 años confundió durante varios días sus pastillas para la alergia con ansiolíticos debido a la similitud en el envase de ambos medicamentos. La paciente, sin darse cuenta, dejó de tomar sus antihistamínicos y duplicó la dosis de lorazepam prescrita, lo que le provocó un estado de somnolencia constante y pudo haber tenido consecuencias graves para su salud.
Este incidente resalta un problema recurrente en el mundo de la medicina: la confusión causada por medicamentos con nombres y envases similares, conocidos como 'medicamentos LASA' (Look Alike-Sound Alike). La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que este tipo de errores son una causa frecuente de daños a la salud.
En este caso, la mujer, que tomaba loratadina para la alergia y lorazepam como ansiolítico, no sufrió daños mayores. Sin embargo, la posibilidad de consecuencias graves estuvo presente, ya que el consumo prolongado y en exceso de ansiolíticos puede llevar a una adicción difícil de tratar. "Tomar el doble de ansiolíticos de los recetados le ha debido provocar que la paciente estuviera adormilada durante todo el día y continuar durante mucho puede generar una adicción difícil de tratar", asegura Carlos Díaz, farmacéutico y tesorero del Colegio de Farmacéuticos de Tenerife.
Este tipo de errores no son aislados. Otros medicamentos con nombres y envases similares, como dopamina y dobutamina, o entre nombres comerciales parecidos como Almax y Atarax, también han causado confusiones.
El consumo de ansiolíticos ha crecido notablemente, especialmente entre las mujeres de 17 años, lo que aumenta el riesgo de incidentes similares. Además, según el Instituto Canario de Estadística, el 24% de la población canaria consume antidepresivos, y más de 350 mil canarios toman algún tipo de fármaco tranquilizante o relajante.
Para evitar estos errores, algunas farmacias han implementado servicios de organización de medicamentos, ofreciendo a los pacientes multimedicados blísteres o pastilleros que ordenan las pastillas por horas y días.
El objetivo de estas medidas es reducir la posibilidad de errores en la toma de medicación, que actualmente representa el 5% de los ingresos hospitalarios.