Malditos bastardos cada día más difícil el retorno a Ucrania

Imposible así imposible, bombas en edificios de apartamentos que de cuartel o de edificación militar tienen poco o nada. Más de 30 muertos y otros tantos desaparecidos además de casi un centenar de heridos dejan una estela de guerra absurda contra la población civil por parte de una Rusia que sigue acosando a un país que se hiela y que deja claro que sus soberanía no pasa por las fauces de un león caduco y sin motivos más allá de un imperialismo caótico de su presidente.

Caos, miedo y un país acongojado por los drones y las operaciones elegidas por los mandatarios de la guerra sucia rusa que no dejan más que muertos entre la población civil que nada tiene que ver en la locura de un ego imparable.

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Mucha potencia la de Rusia, mucho de reclutamiento obligado a miles de rusos que se niegan a luchar contra sus hermanos ucranianos, pero da igual, el mundo "pasa olímpicamente" de otra guerra provocada por un loco que siembra la desesperanza y la ira entre millones de ucranianos y de servidores de la paz, casi un año de guerra provocada por el afán y el anhelo de volver a los aires de grandeza obsoletos de la URSS. Las operaciones de Putin pasan por movilizar de cara a la primavera a más de 500.000 soldados para "terminar" con una operación que iba a durar una semana.

Naciones Unidas permanecen desaparecidas, los cascos azules escondidos entre la burocracia y el acogotamiento de Rusia en la ONU, entre tanto miles de muertos, civiles muriendo de frío en los edificios que se resquebrajan en las grandes ciudades ucranianas.

Como volver para esos más de 5 millones de ucranianos en su mayoría mujeres y niños que siguen a diario noticias las más que odiosas nuevas de muertes y ataques selectivos con drones y bombas a lugares donde los civiles intentan subsistir. Guerra de miedo y de genocidio, en definitiva guerra.

Dnipro, Kiev, y las demás ciudades ucranianas que ahora mismo siguen bajo cero esperan ansiosas la llegada de la primavera para al menos aliviar el frío que les hiela el alma y que apenas les permite salir a las calles donde antes reinaba la paz y la calma.

En España y en Europa se asientan la mayoría de personas refugiadas que hoy en día son repobladores de ciudades y pueblos españoles que se mueren ha no ser por la llegada de la alegría de niños y mujeres ucranianas, que a su vez se parten la vida buscando la forma de subsistir sin ayudas, si, sin ayudas, salvo las del Banco de Alimentos y las ayudas de ONGs que se desbancan esperando a que esa ayuda prometida del gobierno que al menos podría paliar en parte seis meses de subsistencia. Esa ayuda es de 400€ y se sigue a la espera de que llegue a las comunidades autónomas y al menos puedan paliar en parte la ansiedad de sentirse sin dinero y sin opciones, sin futuro.

España ha dado la espalda a miles de ucranianos que se han vuelto o han tenido que irse a otros países porque el " título" de refugiado sirve de poco o de nada en esta España que promete, pero que tarda en cumplir meses y meses. Fue en agosto cuando Sánchez prometió la ayuda de 400€ a las familias y 100e por miembro menor de edad.

Burocracia en los CEAS, en las ONGS, (salvo algunas de acción directa), en las instituciones .... algo que sigue siendo absurdo pero que menos facilitar ....por ejemplo un refugiado tiene que pagar, 16"50€ por una tarjeta de residencia y permiso de trabajo, para los niños también es preceptiva.

Quién pudo quedarse y trabajar en las prometedoras empresas que han explotado a esos trabajadores hasta la saciedad, ahora con más o menos suerte, y si no se van al paro tienen un subsidio por desempleo de seis meses al menos 463€, este es el futuro para nada halagüeño de miles de ucranianos en nuestra acogedora España.

¿ Cómo encaminar una vida en España con un sueldo precario, teniendo que hacerse cargo de los niños y trabajando entre 9 y 11 horas diarias?.Claro está que fácil no es, y sabemos también que muchos españoles están en similares situaciones sino en las mismas, de ahí el agobio y la gana de cerrar estamentos y puestos sin sentido.

Bastardos rusos que siguen sometiendo al mundo a una tensión inusitada. Familias rotas y padres que no verán crecer a sus hijos e hijas, y que no podrán tampoco salir de su país para poder tener un momento de asueto en una guerra que pasa por ser la primera de este siglo en Europa, guerra cainita y sin sentido que sufren más de 40 millones de ucranianos y todo el orbe mundial ya que este conflicto sume sobre todo a la vieja Europa en un caos energético sin precedentes.

Una generación perdida, un país que queda asolado por una guerra de ya casi un año de duración y que iba para unas semanas. Los expertos hablan de al menos una década para poder recuperar el parón que supone un momento como el que vive Ucrania y que parece irá para largo.

Europa y América envían militares y armas para seguir dando gusto a Putin, ya que sería mucho más fácil cerrar fronteras y acuerdos hasta decir basta ya y NO A LA GUERRA, pero parece ser que todo tiene un sentido, el del poder del dinero y el de la especulación ante el sufrimiento y la miseria.

Casi un año y no hemos hecho más que empobrecer y limpiar conciencias dando lo que sobraba en muchos casos, nada de solidaridad verdadera, seguimos siendo unos hipócritas y ayudadores de bastardos sin conciencia ni sentido común.

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