España inicia el camino hacia la semana laboral de 37,5 horas

El Consejo de Ministros aprueba un proyecto de ley que beneficiará a 12 millones de trabajadores y busca mejorar la salud, la conciliación y la productividad en el entorno laboral
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El Consejo de Ministros ha dado luz verde a un cambio trascendental en la organización del trabajo en España: la aprobación de un proyecto de ley que plantea la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales. La medida, que todavía debe pasar el filtro del Congreso de los Diputados para su entrada en vigor, promete beneficiar a cerca de 12 millones de personas en todo el país.

El objetivo principal de esta reforma es mejorar la calidad de vida de los trabajadores sin afectar sus condiciones salariales. En otras palabras, los empleados trabajarán menos horas sin ver reducida su nómina ni sus derechos laborales. Esta propuesta se enmarca en una estrategia que busca no solo modernizar el modelo productivo, sino también priorizar la salud física y mental de la población activa.

Numerosos estudios internacionales han advertido sobre los riesgos de las jornadas laborales extensas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2016 cerca de 400.000 personas fallecieron por causas relacionadas con el exceso de horas trabajadas, como accidentes cerebrovasculares o enfermedades cardíacas. En este contexto, la reducción del tiempo laboral se plantea como una herramienta para prevenir el desgaste físico y psicológico al que se exponen millones de personas.

Entre las principales ventajas para el trabajador destaca la posibilidad de conciliar mejor la vida personal y profesional, así como disponer de más tiempo para el descanso y la familia. Además, al disminuir la carga horaria, se espera una reducción en los niveles de estrés y fatiga, factores que también repercuten en el número de accidentes laborales.

Por su parte, desde el punto de vista empresarial, se apunta a una potencial mejora en la productividad. La lógica detrás de esta idea es que un trabajador más descansado y motivado puede rendir igual o incluso más en menos tiempo. No obstante, también se advierte que las compañías deberán realizar ajustes internos para adaptar sus estructuras y procesos a este nuevo marco.

La reducción de la jornada laboral forma parte de una tendencia que ya han explorado otros países europeos. La experiencia acumulada en distintos contextos sugiere que, con una buena planificación, es posible compatibilizar la mejora del bienestar de los trabajadores con los intereses económicos de las empresas.

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