
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea se reunirán mañana, lunes, en Bruselas, para tratar de acordar una sexta ronda de sanciones contra Rusia que incluya el veto al petróleo procedente del país así como una serie de garantías para los países europeos más dependientes de la energía procedente del país liderado por Vladimir Putin.
Esta nueva ronda de sanciones busca acogotar a Moscú en un momento en el que la ofensiva terrestre se ralentiza ante la falta de efectivos y a apenas unos días de cumplirse tres meses desde el inicio de la incursión en territorio ucraniano.
El paquete de sanciones que se abordará mañana llega aún sin el consenso por parte de los Veintisiete y pese a que fue presentado el pasado 4 de mayo por la Comisión Europea. El documento propone la prohibición de importar petróleo ruso en seis meses y, petróleo refinado durante ocho meses. Una situación que afectaría especialmente a los países más dependientes del petróleo ruso, como es el caso de Hungría y Eslovaquia, para quienes se propone extender la prohibición hasta finales de año.
Chequia va más allá y propone que esta prohibición se extienda por un periodo de tres años. En todo caso, el acuerdo deberá pasar por asegurar las debidas garantías de aprovisionamiento de petróleo a los países más dependientes del suministro ruso. Hungría ya ha solicitado extender el tiempo de transición para invertir en infraestructura que le permita ser menos dependiente de Moscú buscando soluciones, por ejemplo, a través del mar Adriático.