Maruja Marcos Heras: Aquí no tenemos fiestas, da igual el 8M, el diario es trabajo y más trabajo, si no estamos todos los días la cosa no funciona

María Marcos Heras es nuestra protagonista hoy al igual que todas las mujeres de la Zamora Vacía. Ella, que cumple 54 años y es natural de Arcillo, aunque su familia es de Villaseco del Pan, es una de las cientos de mujeres que aún quedan (menos mal) al frente de explotaciones agrícolas y ganaderas de la provincia.

Atiende el ganado, a su padre, a su hijo y también la casa. La conciliación familiar la tiene en su explotación ganadera y en la agrícola, además de en su hogar. Las miles de horas que emplea en su día a día siempre están conectadas y tienen sentido en una máxima: la ayuda a los demás. 

Esta es una de las realidades de las mujeres en el mundo rural que sigue vaciándose y haciendo que sangren las verdaderas heroínas de un 8M que más que nunca gritan "¡vuelve al pueblo!".

Su familia se quedó aquí y ella apostó por Sayago. Trabajó y trabaja de auxiliar de clínica, en casa, con enfermos con sus semejantes en un entorno rural duro y que hace 50 años ya era como es ahora, el caso es que tampoco hay niños, ella estudió parvulitos en Arcillo, pero de ahí tuvo que ir ya a Bermillo y de ahí a Zamora para poder cursar sus estudios.

Maruja tiene dos hijos, Borja de 16, Sara de 29 y su marido Andrés Escaler que es de Bermillo. Esta es una familia de trabajadores del campo que pastorean,labran la tierra y cuidan del ganado como forma de vida. A ella le traiciona el subconsciente y aún diferencia entre trabajos de hombre y mujer, quizá porque su educación fue así, para nada comparable con la de Sara o la de Borja, este último quiere ser percusionista. Hemos querido compartir con ella un 8M que podía haber sido un 10 o un 24 de julio.

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Maruja acarrea agua para sus vacas y caballos, hace la comida, plancha, friega, lava y es todo un ejemplo de lo que pasa en un pueblo. La capital y los despachos siguen siendo otras cosas que Maruja entiende, pero que prefiere seguir en sus trece dando guerra desde el Sayago profundo, desde el mundo del pastoreo, la agricultura, la ganadería, la falta de servicios, y también de internet. Este es otro de los hándicaps que matan a estas verdaderas heroínas de la Zamora rural, la falta de posibilidades en la comunicación, esa de la que alardean en los estamentos pero que hay que sufrir en los pueblos. Hoy, Día Mundial de la Mujer, las mujeres saldrán a la calle para reclamar esos derechos que durante tanto tiempos se le han negado; mientras, en el Sayago profundo, la reivindicación es un tanto diferente, la batuta de la igualdad es tomada por mujeres como Maruja, que salen de casa con la comida preparada a las nueve de la mañana para que la caliente el primero que llegue y, si hay suerte y las labores diarias lo permiten, puedan verse antes de la noche. 

Esta es la realidad de la España vaciada en un 8M que sirve para no solo un día, porque...¿qué pasa con los demás días del año?, Maruja, que ha vivido en un mundo de hombres, tiene claro cual es la forma. 

Esta es la entrevista que mantuvimos en su explotación ganadera en Arcillo.

 

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