La reciente reestructuración ha agravado los problemas existentes, con consecuencias que afectan directamente a la salud de los residentes y a las condiciones laborales del personal.
Riesgo de contaminación cruzada
Uno de los puntos más preocupantes es el incumplimiento de la normativa sanitaria vigente, especialmente durante el turno de tarde, cuando una sola persona asume tareas incompatibles: recoger el comedor, fregar utensilios sucios y manejar la vajilla limpia, sin separación física ni funcional entre el circuito sucio y el limpio. Esta práctica, señalan los trabajadores, supone un grave riesgo de contaminación cruzada en un entorno especialmente vulnerable como es una residencia de personas mayores.
Recuerdan que el Decreto 14/2017, de 27 de junio, de la Junta de Castilla y León, establece de forma clara la obligación de separar ambas zonas para garantizar la seguridad alimentaria. “Muchos de nuestros residentes presentan cuadros de incontinencia, vómitos u otras afecciones que exigen extremar las medidas de higiene”, denuncian.
Personal sin formación en la cocina
Además, se ha detectado que personal sin formación específica ni cualificación adecuada está realizando funciones propias de auxiliar de cocina dentro del espacio de cocina, algo que no solo pone en riesgo la seguridad alimentaria, sino que también supone una desvalorización del trabajo cualificado y del propio servicio.
Los trabajadores denuncian una desprofesionalización del servicio y critican que se estén permitiendo este tipo de prácticas, mientras se exige al resto del personal del centro —enfermeras, terapeutas, fisioterapeutas, médicos— el cumplimiento riguroso de sus funciones.
Exigen respeto y organización
Desde el colectivo afectado se reclama a la administración un reconocimiento real y efectivo de las categorías laborales en la cocina. “Un cocinero debe ejercer como cocinero y un auxiliar de cocina como tal. No pedimos privilegios, pedimos que se cumpla la ley y se respete la profesionalidad de cada puesto”, afirman.
Llamamiento urgente a las autoridades
Ante esta situación, consideran que la dignidad de los residentes y del personal está en juego, y hacen un llamamiento urgente a las autoridades competentes para que tomen medidas inmediatas.
Reclaman:
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El cumplimiento estricto de la normativa sanitaria.
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Una organización adecuada del personal de cocina y office.
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El respeto a la profesionalización y funciones de cada categoría laboral.
“La situación es insostenible e inadmisible en una institución pública cuyo objetivo debe ser cuidar con dignidad a nuestros mayores”, concluyen.