En España, la inflación es un problema creciente que parece enquistarse en el tiempo. Los precios de los productos cotidianos suben más deprisa que los salarios, lo que dificulta a muchas familias españolas llegar a fin de mes. Para hacer frente a esta situación, muchos recurren a una alternativa económica: reparar sus objetos rotos o estropeados en lugar de comprar otros nuevos.
Desde muebles hasta ropa y aparatos electrónicos como electrodomésticos y televisores, los talleres de reparación son cada vez más populares, ya que ofrecen una solución rentable a un problema que afecta a muchos ciudadanos. Aprendiendo a reparar y reutilizar sus pertenencias, los españoles están aprendiendo a salir adelante en un entorno económicamente desafiante.
Ante esta situación, la reparación se presenta como una alternativa muy económica que permite batallar ante la escalada de precios. De acuerdo a Alejandro Duque, director de Servival, empresa valenciana dedicada a la reparación de electrodomésticos de gama blanca, el sector del servicio técnico se encuentra experimentando un muy buen momento en España en estos momentos: "Comparado con niveles de antes de la pandemia cuando el aumento de precios no era tan notorio, diríamos que la demanda de nuestros servicios técnicos de reparación ha aumentado en torno a un 70%", indica.
No obstante, para mandar a reparar con eficacia y para que salga más barato reparar que comprar nuevo, hay que tener en cuenta ciertos aspectos para evitar llevarse sorpresas desagradables. Entre otros consejos, se recomienda tener en cuenta:
- A la hora de elegir un técnico, es importante investigar. Buscar un técnico con experiencia en el tipo de electrodoméstico que se necesita reparar y que tenga buena reputación. Pedir referencias a amigos y familiares y leer opiniones en Internet. A la hora de reunirse con el técnico, preguntarle por su experiencia y por los tipos de reparaciones que ha realizado. Preguntarle por sus certificaciones y las herramientas que utiliza. Asegurarse de que dispone de las piezas y herramientas adecuadas para el trabajo. Preguntarle también por el coste de la reparación, el plazo de entrega y las garantías que ofrecen. Por último, asegurarse de que se conoce bien la política de garantía y sus posibles limitaciones. El objetivo es dar con un técnico cualificado y debidamente capacitado con la experiencia necesaria para intervenir el aparato. Esto es especialmente crítico cuando se trata de electrodomésticos que trabajan con gas (como calderas o calentadores) ya que cualquier intervención defectuosa podría llegar a ser muy seria y comprometer la seguridad de los usuarios del electrodoméstico. También se podrá tener una idea más clara de si saldrá más barato reparar que comprar nuevo.
- El servicio técnico oficial de la marca del aparato es, en teoría, la empresa que mejor conoce y mejor puede intervenir los electrodomésticos, no obstante estas empresas auspiciadas por el fabricante suelen ser mucho más costosas y tardan mucho más en dar servicio que los talleres independientes que pueden llegar a prestar un servicio tan eficiente y de tanta calidad como el que presta el SAT oficial de la marca. Para encontrar estas empresas independientes basta con acudir a los buscadores de internet y buscar por un SAT de la marca del aparato en cuestión. Por ejemplo, en la ciudad de Valencia, un Servicio Técnico Siemens Valencia como el de enlace puede dar servicio a electrodomésticos Siemens con mucha eficiencia y a un precio que hace más atractivo reparar que comprar nuevo.
- Finalmente, es importante asegurarse en la medida de lo posible de que la reparación se efectuará utilizando recambios originales del fabricante. Utilizar recambios genéricos puede resultar más barato, no obstante la mejor forma de garantizar que la vida útil del aparato no se va a ver afectada es utilizar recambios originales de la marca del electrodoméstico. También, es aconsejable asegurarse de que, en efecto, la pieza que aparece en el presupuesto de reparación es la pieza que se termina sustituyendo ya que en muchas ocasiones algunos técnicos terminan pasando factura por una reparación compleja y costosa cuando en realidad el fallo era algo más sencillo y barato, engañando así al cliente y cobrándole de más.