Una enorme Rosana, cercana comunicativa y sobre todo divertida dejó ayer el Ramos Carrión con el otra..otra...en las mentes y en las gargantas tras dos horas de concierto. Una actuación y puesta en escena que se metió a Zamora en el bolsillo con su último proyecto "En la memoria de la piel".
Dos horas de actuación y espectadores de todas las edades continuaban solicitando bises a la canaria. Rosana, gustó, animó y mantuvo la atención y el rítmo durante toda la noche de ayer viernes en el Ramos Carrión . Cientos fueron los espectadores que vovieron a abarrotar el Teatro y que bailaron, cantaron y disfrutaron de una noche inolvidable.
Sin Miedo...una canción que ayer tuvo un especial significado y que la cantante puso como ejemplo para muchas situaciones que se dan sobre todo ante la sentencia de condena de 9 años a la Manada. Y un público más que implicado que aplaudió, bailó y tuvo momentos especiales de conexión con una cantante que se deja la piel en el directo y que con su cercanía y dulzura dio todo lo que de sus manos y su voz pudo en una noche que muchos recordarán como única, si bien la cantante prometió volver a la ciudad donde confesaba sentirse muy agusto, como en casa.
Momentos pequeños cosas que al final son las que importan
"La piel tiene su propia memoria, alma y vida propia", aseguraba Rosana y así fue para los asistentes en la noche de ayer al cocierto de esta Canaria que se metió al público zamorano en el bolsillo, que le hizo recordar también sus canciones de siempre y que aunque hubo momentos serios, ella aseguró que el concierno no era serio. Sus temas de siempre hicieron poner en pie como en muchos momentos de su concierto a un público entregado, "Talismán, Si tu no estás aquí y Sin Miedo" fueron quizá los temas más aplaudidos en una noche que se alargó para muchos y se hizo corta para los que se quedaron con ganas de más. Todo un éxito para la canaria de la sonrisa fácil que llena el escenario con su fuerza interior esa que se escapa por su garganta y por sus manos, y un resultado perfecto para un público entregado que aplaudió hasta la saciedad.