Conoce las principales claves para una buena vuelta a la rutina con tu perro

Paliar la ansiedad, falta de horarios y rutina, ejercicio físico y estimulación mental, atención adicional a los animales, revisión de accesorios y adaptación al clima, son algunos de los aspectos a considerar con la vuelta a la normalidad  

Perro jugando
photo_camera Perro jugando

Tras el fin del verano, las familias y sus animales de compañía vuelven paulatinamente a la rutina. Sin embargo, esta vuelta a la normalidad puede afectar de forma directa el estado físico y emocional de los animales.

Paliar la ansiedad y fijar rutinas

Los animales de compañía son altamente receptivos y especialmente sensibles con las emociones de los humanos. Por esto, es importante tener la vuelta a la normalidad más que planificada. El animal debe percibir que tenemos todo bajo control y organizado, por ello no debemos entrar en un bucle de ansiedad pues les podemos llegar a transmitir este sentimiento.

Lo primero de todo debe ser tener paciencia y respetar los tiempos y espacios tanto de animales como de miembros de la familia. En el caso de los perros, es aconsejable seguir unas pautas básicas como dejarlo al perro solo un par de horas durante el día y progresivamente ir recuperando la normalidad, de manera que el hecho de quedarse solo en el hogar no le genere estrés ni ansiedad. Además, se deben probar varias salidas a lo largo del día para que poco a poco se vaya habituando de nuevo.

De aquí en adelante es una cuestión sencilla; fijar lenta y progresivamente las horas de comida, salida y sueño hasta que queden fijadas como antes de vacaciones.  

Ejercicio físico y actividad mental

Los cerebros tanto de humanos como de perros aprenden y se adaptan fácilmente a los cambios. Lo ideal es que los cambios sean graduales. Para este caso, tras una alta actividad física realizada en las vacaciones, hay que ir rebajando el ritmo poco a poco en estas actividades al aire libre y, sobre todo, es importante complementar con ejercicios de estimulación mental para el animal, pues viene de un ritmo en el que se ha acostumbrado a grandes descargas de energía física.

Atención adicional

Tras la vuelta de las vacaciones es normal que los animales de compañía puedan estar más decaídos e irritables, al igual que los humanos. Con los cuidados necesarios y teniendo paciencia con el animal, se puede conseguir una vuelta a la normalidad tranquila.

Sin embargo, hay que prestar atención minuciosa a su comportamiento, pues la separación puede generar ansiedad y puede haber un cuadro posterior de depresión canina. Si con el paso de los días la situación no mejora, la recomendación es consultar con un especialista, es decir, un etólogo.

También es importante la consulta con el veterinario para que haga una revisión general del estado físico del animal.

Adaptación de accesorios, camas y ropa

Durante el verano es posible que se hayan deteriorado los collares y correas por las altas exposiciones al sol, el contacto con el cloro de las piscinas, la sal del mar, restos de arena o el simple desgaste en traslados en distintos transportes. Por ello es recomendable revisar y en caso de ser necesario, renovar los accesorios de seguridad de los animales.

También hay que revisar sus camas y mantas, que estén acordes y adaptadas a la nueva temperatura. Con el cambio del tiempo tan abrupto, los animales de compañía suelen ponerse muy sensibles al frio y buscar cobijo contestemente.  

También hay que revisar y tener preparados la ropa de lluvia; chubasqueros, abrigos y complementos.  

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