Conflicto, enfermedades y desnutrición: la ‘triple amenaza’ que acecha a los niños en la Franja de Gaza

El volumen de bienes comerciales a la venta en la Franja de Gaza debe aumentar rápidamente hasta, al menos, 300 camiones con mercancías comerciales privadas diarios
Ofensiva sobre la Franja de Gaza. Fotografía: UNICEF
photo_camera Ofensiva sobre la Franja de Gaza. Fotografía: UNICEF

“Después de casi 100 días de violencia, asesinatos, bombardeos y cautiverio de niños y niñas en Gaza, todo este sufrimiento ha sido demasiado.

Cada día que pasa, los niños, las niñas y las familias de la Franja de Gaza se enfrentan a un mayor riesgo de muerte desde el cielo, a enfermedades por falta de agua potable y a privaciones por la escasez de alimentos. Y para los dos niños y niñas israelíes que aún permanecen como rehenes en Gaza, la pesadilla que comenzó el 7 de octubre continúa.

Y la situación sigue deteriorándose rápidamente. La semana pasada, UNICEF habló de la ‘triple amenaza’ que acecha a los niños y niñas en la Franja de Gaza: conflicto, enfermedades y desnutrición. Estamos haciendo todo lo que podemos, pero nos enfrentamos a un desafío increíble para abordar estas cuestiones.

A los niños y niñas de Gaza se les está acabando el tiempo, mientras que la mayor parte de la ayuda humanitaria que necesitan desesperadamente sigue estancada entre corredores de acceso insuficientes y prolongadas inspecciones. Las crecientes necesidades y una respuesta limitada son el caldo de cultivo para un desastre de proporciones épicas.

Miles de niños y niñas ya han muerto y miles más lo estarán rápidamente si no solucionamos de inmediato tres cuellos de botella urgentes:

El primero de ellos es la seguridad: Ningún lugar es seguro en la Franja de Gaza. Los intensos bombardeos y el conflicto actual en zonas urbanas densamente pobladas amenazan las vidas de civiles y trabajadores de ayuda humanitaria.

Los bombardeos también están impidiendo la entrega de la ayuda que se necesita desesperadamente. Cuando estuve en Gaza la semana pasada, intentamos durante seis días llevar combustible y suministros médicos al norte y durante seis días las restricciones de movimiento nos impidieron viajar. Mis colegas en Gaza soportaron el mismo desafío durante semanas antes de mi llegada. Las familias del norte necesitan desesperadamente este combustible para que funcione la infraestructura de agua y saneamiento. Todavía están esperando.

El segundo es la logística: Todavía no estamos recibiendo suficiente ayuda: ayer solo entraron 139 camiones (73 por Rafah y 66 por KS). El proceso de inspección sigue siendo lento e impredecible. Y algunos de los materiales que necesitamos urgentemente siguen restringidos, sin una justificación clara. Estos incluyen generadores para poner en marcha instalaciones de agua y hospitales, y tuberías de plástico para reparar infraestructuras hídricas muy dañadas.

Además, una vez que llega la ayuda, existen importantes desafíos para distribuirla en toda la Franja de Gaza, particularmente en el norte y recientemente también en la zona central.

Los frecuentes cortes de comunicaciones hacen que sea extremadamente difícil coordinar la distribución de la ayuda e informar a la gente sobre cómo y cuándo acceder a ella.

La congestión en el sur debido al desplazamiento masivo y las intensas necesidades entrañan continuos incidentes de personas desesperadas que detienen camiones e intentan apoderarse de todo lo que pueden.

La escasez de combustible y de camiones dentro de la Franja, y los grandes daños a las carreteras, hacen que los viajes sean más lentos y menos frecuentes.

Y el último cuello de botella tiene que ver con lo comercial: La ayuda humanitaria por sí sola no es suficiente. El volumen de bienes comerciales a la venta en la Franja de Gaza debe aumentar, y hacerlo rápidamente. Lo que se necesita son al menos 300 camiones con mercancías comerciales privadas cada día. Esto ayudará a las personas a comprar bienes esenciales, aliviar la tensión comunitaria y estimular los programas de ayuda en efectivo ofrecidos por UNICEF y otras organizaciones.

Pero estamos viendo muy pocos cambios y, francamente, las consecuencias se miden, a diario, en la pérdida de vidas de niños y niñas.

Un alto el fuego inmediato y duradero es la única manera de poner fin a las muertes y lesiones de niños y sus familias, y de permitir la entrega urgente de la ayuda que se necesita desesperadamente. Pero mientras seguimos abogando y presionando para que esto suceda, necesitamos urgentemente:

·La apertura de todos los cruces de acceso a la Franja de Gaza;

·Que los procesos de aprobación e inspección de la ayuda sean más rápidos, eficientes y predecibles;

·La reanudación de las actividades del sector comercial/privado;

·La entrada inmediata de una mayor cantidad de combustible que pueda atravesar la Franja de Gaza;

·Canales de telecomunicaciones fiables e ininterrumpidos;

·Mayor capacidad de transporte por carretera y dentro de la Franja de Gaza;

·La protección de la infraestructura civil como escuelas y hospitales;

·Y acceso al norte de la Franja de Gaza, para permitirnos llegar a niños y familias vulnerables que necesitan desesperadamente ayuda humanitaria.

Finalmente, los dos niños israelíes secuestrados deben ser liberados incondicionalmente y en condiciones de seguridad.

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