2020 ha sido el año del parón, de las restricciones aplicadas a todos los sectores y a todos los planos de la vida. También a la cultura que -pese a tener que reinventarse- ha sabido sobreponerse para erigirse en todo un salvavidas durante los largos meses de confinamiento y que ha seguido cobrando sentido durante las posteriores réplicas en forma de restricciones y confinamientos a nivel más local. La cultura se ha convertido en ese bálsamo capaz de llenar el enorme vacío que ha dejado la distancia social y que se ha dejado sentir también en el mundo rural.
Y es que los pueblos luchan por sobreponerse a esta pandemia que los ha aislado más aún si cabe y que ha puesto de manifiesto los problemas que conlleva la dispersión geográfica. El Covid-19 ha transformado las calles de muchos municipios en auténticos desiertos en los que, si ya es un auténtico logro ver a alguien pasear, observalo atravesar la puerta de un hogar que no sea el suyo se plantea como todo un atrevimiento y una llamada a la valentía.
Unas dificultades a las que ha sabido sobreponerse la biblioteca de Bermillo de Sayago. La labor de sus trabajadoras –especialmente de la joven Patricia que durante un año ha tomado las riendas de este epicentro de la cultura en el municipio y que ahora retoma Argentina- a golpe de pequeñas pero ingeniosas iniciativas ha logrado que las instalaciones mantengan su flujo habitual de visitas. Todo gracias a unas ideas sólo al alcance de la mente de jóvenes y expertos trabajadores que se mantienen fieles a su tierra, algo cada vez más loable en estos tiempos de España vaciada.
La mente de Patricia ha volado dando forma a decenas de iniciativas que el Covid-19 ha echado por tierra, pero que no ha podido con el arrojo de esta graduada en Educación Musical que hace ya un año decidió hacer pública la imagen de la biblioteca en las principales redes sociales (Facebook, Twitter e Instagram), dando así una visibilidad necesaria a la instalación situada en pleno corazón de Bermillo. Sus publicaciones, centradas en un primer momento en efemérides e información de los últimos títulos llegados hasta las estanterías, dieron paso al cierre de sus puertas con el confinamiento y las posteriores medidas higiénico-sanitarias para hacer de la biblioteca un lugar seguro.
Ni siquiera durante el parón dejaron de surgir ideas para solventar la situación. A golpe de gel, cinta y dosis de paciencia, Patricia fue transformando la biblioteca en un espacio adaptado a la nueva realidad con un aforo limitado a 15 personas "aunque nunca llega a tanto el asunto", señala. "Pueden coincidir tres personas a la vez el día que más, aunque en Halloween sí se notó una mayor afluencia, pero la gente se mostró en todo momento muy respetuosa y esperaban pacientemente su turno afuera".
La necesidad de espacio no fue un obstáculo, teniendo en cuenta que Patricia había habilitado previo al estallido de la pandemia dos salas que se solían utilizar como depósito para hemeroteca.
Sin cine semanal, conciertos ni recitales en el interior de las instalaciones –proyectos que también se han quedado en el aire-, la biblioteca sí ha contado con el cariño de una trabajadora incansable que ha realizado desde lecturas en directo de obras como El Principito hasta concursos de animación a la escritura. Los sayagueses han tenido la oportunidad de adivinar cuentos, relatar anécdotas graciosas relacionadas con la Navidad o Halloween.
A todo ello se suman las donaciones que permiten ir ampliando el catálogo de la biblioteca y que proceden tanto de particulares así como la de Junta de Castilla y León y de la Diputación de Zamora. Pese a sus múltiples esfuerzos, la biblioteca cuenta con una serie de deficiencias que dificultan el acceso: "La falta de ascensor y de calefacción es un verdaderos problema, en especial para los mayores que son los que más tiempo tienen para leer", valora.
Con la satisfacción que reporta el trabajo bien hecho, Patricia deja su puesto a Argentina, la encargada durante todos estos años de levantar las instalaciones del centro y que, a buen seguro, seguirá tomando nota de las ideas que no dejar de surgir de la mente de su compañera.