Tras el trágico accidente aéreo ocurrido el miércoles cerca de Aktau, Kazajistán, ha dejado 38 personas fallecidas y 29 heridas. La aeronave, un Embraer 190 operado por Azerbaijan Airlines, cubría la ruta entre Bakú, en Azerbaiyán, y Grozny, en Rusia. Entre los heridos, al menos 11 se encuentran en estado crítico, según informó el viceprimer ministro kazajo, Kanat Bozumbayev.
El avión se desvió de su trayecto original debido a la densa niebla en Grozny, lo que obligó a intentar un aterrizaje de emergencia en Majachkalá, en la región rusa de Daguestán. Finalmente, se dirigió hacia Aktau, donde terminó estrellándose a pocos kilómetros del aeropuerto. Las imágenes del lugar muestran a los equipos de emergencia trabajando intensamente para extinguir el fuego y atender a los heridos.
Aunque las autoridades han pedido cautela, diversas hipótesis han surgido sobre las causas del accidente. Algunas fuentes apuntan a problemas mecánicos, como una posible explosión de una bombona de oxígeno dentro del avión. Sin embargo, el hallazgo de daños que podrían estar relacionados con metralla ha levantado sospechas sobre un posible impacto de misil.
En un contexto de tensión creciente en la región, el Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania ha señalado que el avión podría haber sido alcanzado por un sistema de defensa aérea ruso. Estas declaraciones se suman a informes de actividades militares en la zona de Grozny el mismo día del accidente, aunque estas afirmaciones aún no han sido corroboradas oficialmente.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y declaró un día de luto nacional. Aliyev interrumpió un viaje oficial a Rusia para supervisar las acciones en Bakú y formar un equipo especial que colabore en la investigación.
Por su parte, líderes internacionales, como Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan, han manifestado su solidaridad con Azerbaiyán, ofreciendo asistencia técnica para esclarecer el accidente.
Un sobreviviente describió la angustia vivida durante el accidente: “Estaba sentado junto a mi esposa. Perdí contacto con ella en medio del caos y aún no sé dónde está”. Mientras tanto, más de 150 especialistas trabajaron toda la noche para atender a los afectados y trasladar a los heridos a centros médicos, con el apoyo de especialistas enviados desde Astana.